Stefanny Navarro, también conocida como ‘Stefy Madness’, es una joven criada en Albacete que ya ha dejado huella en el mundo del parkour. Con tan solo 24 años, ha logrado el título de Subcampeona en la última Copa del Mundo de parkour, celebrada en Bulgaria, y en poco más de dos semanas viajará hasta Japón para participar en el primer mundial de esta disciplina.
Sus comienzos dando saltos en la catedral de San Juan Bautista de Albacete, el Altozano o Villacerrada quedan atrás con los nuevos logros que ha conseguido. Desde SomosCastillaLaMancha, hemos querido hablar con esta joven promesa que lleva la motivación como bandera para entrenar cada día y dar lo mejor de sí misma.
SomosCastillaLaMancha: ¿Cómo empezó tu afición por el parkour? ¿Cuánto tiempo llevas en este mundo?
Stefanny Navarro: Llevo entrenando 6 años lo que es parkour. Empecé porque soy una persona muy energética y veía a la gente saltar. Tenía un conocido que saltaba por Albacete, en la zona de la Catedral, el Altozano y Villacerrada, y me picó la curiosidad de saber cómo era ese deporte o disciplina.
Esa noche, como no podía dormir, me fui a correr sobre las 5 de la mañana y cuando llegué a la catedral empecé a probar saltos. Yo antes era gimnasta, pero lo dejé y quería hacer algo nuevo y diferente. El parkour se adaptó muy bien a lo que yo esperaba y sentí “amor” desde que empecé.
P: A la hora de empezar, ¿te fijaste en algún o alguna referente?
SN: Los primeros días no tenía ni idea de lo que estaba haciendo ni de cómo se llamaban los movimientos que hacía. Contacté con las personas a las que veía saltar, la mayoría eran un poco más jóvenes que yo, y desde ahí me metí en un grupo.
Después sí que empecé a fijarme en personas más conocidas, tanto de España como de fuera, como la rusa Sasha Sheva, la americana Sydney Olson y el español Shifer. Me fijaba y admiraba mucho lo que hacían los tres.
P: ¿Cómo son tus entrenamientos? Imagino que son diarios…
SN: Al principio quedaba con la gente a cierta hora en un sitio en la calle y entrenábamos. Buscábamos retos y los probábamos. Más adelante, cuando empecé a competir, me di cuenta de que el cardio no era mi fuerte, ya que hacía retos, saltos o recorridos de 10-15 segundos.
Ahí fue cuando empecé a entrenar más cardio y conocí a mi actual entrenador, que me dijo que necesitaba tener más fuerza, porque el parkour tiene mucho impacto. Él empezó a enseñarme más sobre los pesos y el cardio, y me guiaba mucho. Gracias a sus entrenamientos empecé a quedar en podio en las competiciones. Ahora entreno casi todos los días, aunque suelo descansar los domingos. Hago entrenamientos de mucho cardio, musculación explosiva, fondos de tríceps, subidas de muros, acrobacias, recorridos, técnica, etc.
P: A parte de la preparación física, ¿sigues una preparación mental?
SN: Últimamente me he dado cuenta de que el deportista al principio, sobre todo si está teniendo buenos resultados, se despreocupa mucho del tema psicológico y de la motivación. A lo largo del tiempo te ocurren cosas, como el coronavirus, que te vaya mal en el trabajo o que bajes tu rendimiento, y esto afecta a la motivación.
Cuando empiezas a entrenar muy duro, al principio estás muy motivado, pero cuando sigues una rutina en verano viendo que la gente se va a la playa, te preguntas por qué haces esto y si vale la pena. Sufres mucho a nivel emocional. Mis entrenadores me motivan mucho porque me animan a seguir aunque esté cansada, y también me han ayudado mucho los libros de deportistas, como Lydia Valentín. Ahora me estoy leyendo “Cómo piensan los campeones”, que habla mucho sobre la psicología de un deportista, cómo a veces estás en auge y otras en baja, y cómo mantener el nivel mental ante eso. Al final, si estás cansada psicológicamente, aunque tú te alimentes muy bien, físicamente te va a costar más.
Y hablar, eso también me ayuda. Yo no tengo psicólogo deportivo, pero me gusta mucho hablar con la gente que hace deportes de alto rendimiento y con gente que está en fases como en las que estoy.
P: Dentro de dos semanas viajarás a Japón para participar en el primer mundial de parkour,¿cómo te encuentras ahora?
SN: Físicamente me noto muy bien. Estoy contenta por ver cómo va a ser la pista, un poco nerviosa, pero creo que la experiencia me ha ayudado a llevar mejor los nervios.
P: A veces se tilda el parkour de peligroso, sobre todo para quienes vemos las imágenes y nos quedamos impactados con los saltos que se pueden hacer. ¿Has tenido alguna vez un fallo que te haya provocado cierto daño? ¿O en realidad el parkour está bastante más calculado de lo que pensamos?
SN: Creo que todo deportista va a tener algún tipo de susto o una mala pisada. En el parkour tú no llegas a un sitio y haces un salto nada más verlo, sino que calientas primero, y con años de práctica sabes qué saltos puedes hacer y cuáles no. Nosotros lo llamamos “la visión”, y cuanto más entrenas más lo vas a tener. Con la práctica, sabes cómo de fuerte tienes que dar un salto, cuánto tienes que correr o cuántos pasos dar.
Además, tenemos una reacción muy rápida cuando no llegamos a un salto. La fricción de tobillos o rodilla, por ejemplo, que se va adquiriendo a lo largo del tiempo. Cuando hacemos cosas, vamos muy seguros. No se trata de probar a ver cómo me sale, porque no hay colchoneta. Accidentes hemos tenido todos, yo una vez me hice un esguince, pero fue incluso después de entrenar.
P: Dentro de los logros que consigues en el día a día en el parkour, ¿de cuál te sientes más orgullosa?
SN: A nivel de parkour en la calle, de atreverme a hacer saltos que dan mucho miedo cuando los ves. Hay un “gato” mítico en Madrid que solo hemos hecho dos chicas de momento. Para mí ha sido un logro a nivel mental.
Por otro lado, a nivel de todos estos meses de competición, mi logro es que cada vez que entreno doy mi 200 % y pocas veces he dicho ‘No puedo’. La motivación que tengo a lo largo de la semana, que sé que me tengo que meter una paliza casi cada día, madrugar a las 6 de la mañana para desayunar y entrenar. Esa motivación la admiro mucho de mí.
P: ¿Qué es lo que más te gusta del parkour?
SN: Me gustan muchas cosas, pero creo que lo que más es la libertad que te da el poder crear tus movimientos sin que nadie te diga que tiene que ser de una forma u otra. O cuando vas a entrenar a la calle, que vas a un sitio y tu imaginación ve cosas diferentes de lo que pueda ver otra persona.
El parkour se adapta muy bien a cada persona, porque hay demasiados movimientos. No tienes que ser muy bueno en acrobacias porque puedes hacer barra, pero también puedes ser bueno en velocidad, recorridos o saltos de longitud. Toda esa cantidad de oportunidades que te permiten descubrir cuál es tu estilo me gusta mucho.
