Javier, Salvador y David son los tres capellanes del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca encargados de ofrecer apoyo espiritual, consejo y escucha a los enfermos, sus familiares y a todo el personal sanitario que lo solicitan en estos duros momentos, y ante el avance de la pandemia se ponen a disposición de los internos las 24 horas del día.
Según explica la Diócesis de Cuenca en un comunicado, en circunstancias normales el capellán puede pasar por las habitaciones a presentarse, hablar y ofrecer sus servicios espirituales. La situación hoy es distinta, a causa de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, y ahora deben ser los familiares quienes avisen a los sacerdotes.
Por ello, desde el Obispado se hace un llamamiento a todos los familiares para que en estos duros momentos llamen a los capellanes para que puedan acompañar, asistir y ayudar a sus seres queridos enfermos.
Los sacerdotes están normalmente en la capilla rezando y esperando que alguien solicite su presencia o que los llamen para poder asistir a los enfermo. Es tan fácil como llamar al teléfono del Hospital 969 179 900 y pedir que nos pasen con la extensión 28211 o si somos atendidos directamente pedir hablar con el capellán.
Cuando el sacerdote recibe la llamada toman todas las precauciones y medidas necesarias, según la zona del hospital que vayan a visitar, y asiste al enfermo en lo que sea necesario. A veces es una visita, otras es para confesar o también para impartir la unción de enfermos.
Pero los capellanes no sólo atienden y asisten a los enfermos también están al servicio de los familiares y de todo el personal sanitario quienes en estos días especialmente están ofreciendo lo mejor de ellos sintiendo en muchas ocasiones impotencia, cansancio y desánimo.