¿Cómo viven los refugiados que llegan a Castilla-La Mancha?

Para José García Molina es importante "comprobar si las personas migrantes son bien atendidas y están construyendo una vida digna".

El vicepresidente segundo del gobierno regional, José García Molina, ha mantenido un encuentro con los responsables de ACCEM en Castilla-La Mancha y Toledo, Braulio Carlés y María Tante, respectivamente, a fin de conocer su experiencia con los programas de atención a los refugiados en nuestra región.

José García Molina ha destacado en este encuentro la importancia de seguir hablando de los migrantes y refugiados, para trabajar en dos direcciones. En primer lugar, para comprobar si las personas migrantes que llegan a nuestra comunidad procedentes de determinadas localizaciones son bien atendidas y están construyendo una vida digna, acorde a los valores y parámetros que tenemos en nuestra comunidad; para evitar que puedan derivar en procesos de radicalización que, en última instancia, pueden derivar en casos de terrorismo.

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SIN PERCEPCIÓN DE PELIGRO EN C-LM

“En Castilla-La Mancha”, ha asegurado el vicepresidente segundo, “no hay una percepción de alarma y podemos, en líneas generales, estar tranquilos, pero cuando se habla de trabajos de prevención, precisamente de lo que se trata es de estar anticipándose a las posibilidades de lo que está por llegar”.

En segundo lugar, y en consonancia con la percepción de ACCEM C-LM, “se impone un fuerte trabajo a nivel de comunidad autónoma y de país para romper una identificación que no beneficia a nadie: la que se da entre refugiado y terrorista”. De hecho, tal y como se ha indicado, la mayoría de los refugiados que llegan a nuestro país y a Castilla-La Mancha lo hacen huyendo de la guerra y el terrorismo.

PLAN INTEGRAL DE RESPUESTA

El diálogo con representantes de la sociedad civil es uno de los ejes definidos en la configuración, desde la Vicepresidencia segunda, del Acuerdo Estratégico para la Paz y la Convivencia en Castilla-La Mancha, cuyo objetivo es la definición de un plan integral de respuesta, a diferentes niveles y dentro de las competencias autonómicas, a la amenaza que suponen el extremismo y el terrorismo yihadista.

Un trabajo que pasa por la realización de un estudio para comprobar si se dan esos incipientes procesos de radicalización, y la ruptura de los estereotipos que llevan a identificar los refugiados con el terrorismo. “Creo que así contribuimos todos, y esa es la idea de la cooperación: generar una sociedad más solidaria, una sociedad más segura y una sociedad que genere más oportunidades para todos y para todas”, ha afirmado García Molina.

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