miércoles, 22 enero, 2025

De la cantidad a la calidad: el salto cualitativo del vino en Castilla-La Mancha

Ferrán Centelles, Ramón Sánchez y Joaquín Parra analizan el auge y el futuro del sector vitivinícola en la región

Castilla-La Mancha, conocida históricamente por su vasta producción vinícola, está viviendo una transformación que apunta a la calidad y a la diversidad como pilares fundamentales de su futuro. Tres expertos en el sector, Ferran Centelles, Ramón Sánchez Camacho y Joaquín Parra, han compartido sus perspectivas sobre la evolución de los vinos de esta región, destacando los avances, los retos y las oportunidades que se abren en el panorama global.

El potencial del airén y el papel de las tinajas

Ferran Centelles, quien ha sido sumiller de El Bulli y actualmente es catador para la reconocida publicación internacional Jancis Robinson, destaca la riqueza y diversidad de estilos que ofrece Castilla-La Mancha. En su análisis, subraya el papel clave del airén, una variedad tradicionalmente subestimada: “Airén ya es presente y también futuro. Si se trabaja bien, con viñedos viejos, y se le da textura en tinaja, da vinos excepcionales. Es una apuesta clara para situar a Castilla-La Mancha en el máximo nivel”.

Torre de Gazate Airén

Además, Centelles pone en valor la identidad local como una ventaja competitiva: “El camino es pasar de vinos de cantidad a vinos de calidad. El potencial está ahí, especialmente con los vinos de tinaja que reflejan la tipicidad de la zona”. También resalta el creciente interés internacional por estas variedades: “En mercados como el inglés y el norteamericano ya hay un interés real por los vinos de airén”.

El impacto del turismo gastronómico y la Estrella Michelín

Ramón Sánchez Camacho, presidente de la Asociación de Sumilleres de Castilla-La Mancha y sumiller del restaurante Epílogo, recientemente galardonado con una Estrella Michelín, observa cómo la calidad de los vinos ha sido un atractivo clave para el turismo gastronómico en la región. “Los vinos de la Mancha están fabulosos. La Estrella Michelín nos ha permitido posicionar estos vinos ante clientes que antes solo pedían vinos de otras regiones. Ahora, preguntan por vinos locales con curiosidad e interés”, comenta.

Sánchez también destaca la evolución de las preferencias de los consumidores hacia vinos con crianzas más cortas y perfiles más frescos: “En los últimos tres o cuatro años, la gente prefiere vinos con una crianza de entre seis y doce meses, con un leve paso por madera, que permiten disfrutar más del carácter frutal”.

La experiencia acumulada y los nuevos estilos

Por su parte, Joaquín Parra, director de Wine Up, resalta la importancia de la globalización y el intercambio de conocimientos en la mejora de los vinos de Castilla-La Mancha. “Hay un mayor aprendizaje y experiencia de los enólogos, que viajan más y catan vinos de otras regiones. Esto ha permitido una evolución positiva notable en los últimos años”, afirma.

Parra subraya el trabajo realizado con variedades como la garnacha y el retorno a métodos tradicionales como el uso de tinajas: “Estos vinos están mostrando un perfil más auténtico de Castilla-La Mancha, potenciando la frescura y el carácter frutal por encima del uso excesivo de la madera”.

Un futuro prometedor

Los tres expertos coinciden en que Castilla-La Mancha está en un momento clave para consolidar su posición en el mercado nacional e internacional. Desde la apuesta por variedades como el airén, hasta la innovación en métodos de elaboración y el fortalecimiento del turismo gastronómico, la región parece dispuesta a demostrar que sus vinos no solo son historia, sino también futuro.

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En palabras de Ferran Centelles: “El potencial está ahí. Solo falta que las bodegas abracen su identidad y apuesten por la calidad para destacar en el panorama global”.

  • Lokinn
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