martes, 23 abril, 2024

20 años de cárcel para el hombre que mató a su abuela en 2022 en Malagón

El acusado le debía dinero a su abuela, siendo que esta le reclamaba también la sustracción de dos teléfonos móviles, por lo que se inició una fuerte discusión

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado a la pena de 20 años y un día de prisión a O.S.I., declarado culpable en un juicio con jurado popular de un delito de asesinato con la agravante de parentesco por matar a golpes a su abuela, J.L.R.P., de manera «sorpresiva» durante una visita a su vivienda en enero de 2022 en Malagón.

Ante esta sentencia cabe interponer recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en el plazo de 20 días.

La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha impuesto esta condena a O.S.I. tras considerar probado que el condenado, entre las 20.40 y 21.30 horas del día 24 de enero de 2022, visitó la vivienda de su abuela materna, con la que tenía una fluida relación y a la que visitaba frecuentemente.

El acusado le debía dinero a su abuela, siendo que esta le reclamaba también la sustracción de dos teléfonos móviles, por lo que se inició una fuerte discusión entre ambos en el interior de la casa, encontrándose solos en el salón. En un momento determinado, de manera sorpresiva e inesperada el acusado, con alta agresividad, cogió un objeto metálico macizo con forma de cabeza de perro y, pillándola desprevenida, golpeó fuertemente con él en la cabeza a J.L.R.P., cayendo esta al suelo.

A continuación, de manera rápida, consecutiva y en un breve intervalo temporal, situándose sobre la víctima, continuó propinándole múltiples golpes en la cara y zona izquierda del cráneo, sin posibilidad alguna de defensa al encontrarse inmovilizada en el suelo.

Tras ello el acusado se marchó del domicilio, no sin antes registrar una chaqueta de su abuela que se hallaba colgada en un perchero, envolviendo el busto de perro en un calcetín, tirándolo en un contenedor de plásticos situado en la vía pública muy cercano a la vivienda de la víctima.

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A continuación, se dirigió a las dependencias de la Guardia Civil muy próximo del lugar donde sucedieron los hechos, llamando a su madre y a su pareja, contándoles una historia inventada sobre lo sucedido con su abuela. Una vez en el cuartel de la Guardia Civil, contó a los agentes que su abuela debía estar en peligro o tener problemas, porque no abría la puerta y que había visto a una persona salir de su casa.

En compañía de tales agentes acudieron a la vivienda de su abuela, sin que esta abriese la puerta. Por ello, llamaron a su tía, E.I., que tenía llaves de la vivienda, para que abriera. Una vez dentro, encontraron a la abuela muerta, en el salón de la vivienda, con la cabeza abierta y sobre un charco de sangre.

Tras regresar al cuartel de la Guardia Civil, O.S.I. manifestó que, en realidad, su abuela se había caído, produciéndose su muerte por accidente al golpearse la cabeza. El acusado, al percatarse de que los agentes no daban crédito a su versión de los hechos, manifestó que era el autor de la muerte de su abuela y que el objeto metálico se encontraba en un contenedor de plástico que había en las inmediaciones, manifestaciones que no incidieron en el esclarecimiento de los hechos porque existían otras líneas de investigación.

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