viernes, 4 octubre, 2024

El acusado de matar y emparedar a la empleada de la ONCE en Albacete afirma: «No sé qué se me pasó por la cabeza»

Declara que tras estrangular a la víctima hasta su muerte, decidió construir un habitáculo para esconder el cuerpo

A.G.S., el hombre acusado de asesinar a María Isabel de la Rosa, A.G.S., se ha declarado culpable y ha confesado los hechos. El procesado ha explicado como mató y emparedó a la víctima: «No sé qué se me pasó por la cabeza», ha dicho.

Ha sido durante la segunda sesión del juicio, que ha tenido lugar este martes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete, donde, a preguntas del Ministerio Fiscal, ha detallado lo ocurrido el pasado 19 de agosto de 2021.

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A.G.S. ha explicado la relación que mantenía con María Isabel, asegurando que eran conocidos, que coincidían muchas veces tomando algo y el acusado era cliente habitual.

Según ha señalado, le debía 50 euros a la vendedora desde hace un par de semanas, por lo que llamó a María Isabel, que era trabajadora de la ONCE, para que fuera a su casa y poder devolvérselos.

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El acusado ha asegurado que estuvieron charlando y tomando unas cervezas y que María Isabel le dio un par de ‘Rascas’ para que abriera, pero que, tras un rato, juntó demasiados y le exigió el pago de los mismos.

«Me puse a abrir rascas y no tocaba ninguno, llegué a juntar hasta 200 euros y ahí ya me dijo que tenía que pagarlos, pero yo no tenía dinero», ha dicho.

En ese momento, según la declaración del procesado, María Isabel se puso de pié y le exigió el dinero que le debía, momento en que A.G.S.se puso nervioso y la empujó, cayendo esta contra el suelo.

Tras lo ocurrido, la víctima le amenazó con denunciarle. Fue entonces cuando el acusado se abalanzó sobre ella y le apretó el cuello hasta estrangularla.

«Fue casi instantáneo. Me senté encima de ella, le sujeté un brazo con una pierna, no podía soltarse, la cogí del cuello, le apreté, no le dio tiempo de decir nada. Eestuve poco tiempo, un minuto o un minuto y algo, fue un rato muy malo. No sé que se me pasaría por la cabeza, estuve apretando hasta que noté que estaba muerta», ha reconocido.

El procesado ha indicado que se encontraba en «shock», que «no quería tirar el cadáver por ahí», por lo que decidió llevar el cuerpo hasta una habitación y envolverlo.

«No pensé en llamar a la policía ni al 112, me asusté, no sabía que hacer, cogí el cuerpo de María Isabel y lo llevé a una habitación, lo dejé en el suelo y lo envolví», ha relatado.

HABITÁCULO PARA ESCONDER EL CADÁVER

Momentos después, decidió construir un habitáculo para esconder el cuerpo y evitar que se extendiera el olor, encargó materiales de construcción y azulejos y comenzó a erguir un muro.

«Tengo conocimientos de albañilería, metí el cuerpo y fui haciendo filas de ladrillos con cemento, así hasta llegar arriba, lo hice dos o tres veces para evitar que saliera el olor. Escondí también su chaleco, los rascas y la carcasa de la TPV», ha indicado, añadiendo que rompió tanto la TPV como el teléfono móvil de la víctima.

A.G.S. ha contado además como días después fue al bar al que solía ir y comentaron algo de la desaparición de María Isabel, remitiéndose a decir que no sabía dónde estaba, hasta que el 24 de agosto la policía se presentó en su casa.

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«Me pidieron permiso para entrar en la casa, conforme entramos les dije de salir al patio y allí les conté dónde estaba, les dije que la había enterrado ahí, entonces me detuvieron y declaré todo», ha relatado.

El Ministerio Fiscal considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato, por el que, al igual que la acusación particular, solicitan la pena de prisión permanente revisable, mientras que la defensa mantiene que se trata de un homicidio con los atenuantes de obcecación y arrepentimiento, por lo que piden una reducción de la condena.

El juicio continúa con la declaración de los testigos.

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