lunes, 6 mayo, 2024

芦隆Ni帽o, ahorra!禄, por Ram贸n Castro

Art铆culo de Ram贸n Castro P茅rez, Profesor de Educaci贸n Secundaria

鈥斅i帽o, ahorra! 鈥攎e parece estar oy茅ndola (a madre).

Hoy en d铆a, son muchas las personas que apuestan por la educaci贸n financiera en las aulas. Y, aunque, como tal, no se imparte, s铆 que existen materias optativas en ESO que nos ayudan a que la chavaler铆a sepa cosas (隆y qu茅 cosas!).

鈥斅緾贸mo qu茅? 鈥攄ir谩n ustedes.

Qu茅 es el IRPF, c贸mo funciona el IVA (ojo, esto de manera sencilla, que los manuales de renta tienen miles de p谩ginas), c贸mo se hace una factura, c贸mo se devuelve un pr茅stamo, qu茅 es el tipo de inter茅s, c贸mo crecen los ahorros y c贸mo se los come la inflaci贸n, qu茅 tipo de tarjetas existen, qu茅 es el dinero, de d贸nde sale y quien determina si hay m谩s o menos.

Todo lo anterior (y algunos conceptos m谩s) andan repartidos por los curr铆culos de estas materias y los ecos que se producen cuando los damos a conocer van quedando, a fuerza de repetirse, en algunas cabezas. Privilegiadas, s铆, porque a帽os atr谩s esto (que nos va a acompa帽ar toda la vida) no se ense帽aba nada m谩s que a tortas y a disgustos. Y madre, que me parece estar oy茅ndola:

鈥斅i帽o, ahorra! Que no sabes qu茅 va a venir.

鈥斅ay que disfrutar la vida, madre!

隆Y tanto! Aunque es muy probable que la vida se extienda m谩s all谩 de los treinta y de los cuarenta. Una probabilidad cada vez mayor y m谩s deseable, si cabe, a medida que vas cumpliendo a帽os. Si uno viviera veinticinco a帽os, el ahorro estar铆a denostado e incluso penado por la Ley. Pero, ya lo saben ustedes porque lo ven todos los d铆as: la gente, por lo general, vive muchos a帽os m谩s.

Por eso, el ahorro se convierte en algo deseable. Pregunten a cualquiera lo siguiente:

鈥斅縊iga, le gustar铆a tener unos ahorrillos en el banco? No s茅, digamos, unos diez o quince mil euros? (ser谩 dif铆cil encontrar a alguien que nos diga que no).

鈥斅ues claro que me gustar铆a! Me vendr铆an de perlas, 鈥攃ontestar谩n, abriendo los ojos.

Claro, si es que tienen m谩s de treinta a帽os (o de cuarenta) y ya van sospechando que la vida va a ser larga. Ahora solamente hace falta conseguir ahorrar y, para ello, lo mejor es hacerlo sin darnos cuenta, a trav茅s de las peque帽as (s铆, otra vez) cosas.

En mi caso, por ejemplo, mantengo una lucha constante con el segundo caf茅 de la ma帽ana (el primero me parece complicado evitarlo). A menudo, lo consumo por tener la excusa de ocupar un espacio en el hueco de las manos. Quiero decir, que son muchas las ocasiones en las que no lo necesito realmente.

鈥斅ah! Si son 55 c茅ntimos 鈥攎e digo al mismo tiempo que dejo resbalar las moneditas por la ranura de la m谩quina.

Lokinn

Pero, echando cuentas, resulta que, a la semana laboral, son 2,75 euros y, por tanto, al mes son 11 euros, lo que me arroja un saldo anual de 121 euros en segundos caf茅s que no necesito (no quiero pensar que ser铆an 242 euros anuales en caf茅s). Peque帽os gestos como este son los que nos inculcaban nuestros padres. Imaginen a su madre o a su padre hace cuarenta a帽os dici茅ndoles:

鈥斅asta, hija, gasta! 隆T煤 tambi茅n, hijo! 隆G谩stalo todo!

M谩s bien, andaban detr谩s nuestra para que no llam谩ramos por tel茅fono m谩s de la cuenta (hab铆a que ahorrar y las llamadas telef贸nicas con los amigos adolescentes era algo tan mal visto como el segundo caf茅 de mis d铆as laborables). Menos mal que ahora ya tenemos tarifas planas, de voz y de datos 隆Estamos salvados! 驴Seguro?

Tampoco. Las apps instaladas de los e-commerce nos tientan con sus notificaciones emergentes. 驴Un teclado inal谩mbrico para la nueva Smart TV? 驴Un relojito de pulsera por 7,99 euros? 驴Qu茅 tal una cazadora de cuero por 21,99? Queda fabulosa en la foto. Ahora o nunca, sin gastos de env铆o. Es el momento (o no).

No les digo que no compren, s铆 que esperen algo de tiempo. Si no pueden hacerlo, utilicen una tarjeta prepago para este tipo de operaciones. Y t茅nganla siempre a cero. De esta manera, cuando ya se vean con el reloj de pulsera puesto, deber谩n acceder a la app de su banco y recargar la tarjeta, algo que les llevar谩 dos minutos, tal vez el tiempo suficiente como para pensar que, si no llevan un reloj de pulsera habitualmente, ser谩 por algo.

Prueben a apuntar todas las compras no realizadas por impulso y s煤menlas a final de a帽o. Ver谩n complementados sus ahorros. Hay m谩s trucos, muchos m谩s, tantos como d铆as y todos nos conducen por la senda del ahorro. Si se preguntan qu茅 ense帽amos en las clases, ah铆 va la respuesta:

Todo el tiempo, contenidos curriculares. La cultura del ahorro se cuela entre las explicaciones, aunque tengo que decir que la mayor铆a de la chavaler铆a ya viene ense帽ada de casa. Nosotros no vendemos fondos de inversi贸n ni planes de pensiones. Una simple cartilla de ahorro basta, lo que sea que, poco a poco, caf茅 a caf茅, nos configure un colch贸n adecuado para la m谩s que probable larga vida que nos espera.

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