Los accidentes laborales registrados en Castilla-La Mancha en los cinco primeros meses de 2025 han disminuido un 3,6 % respecto al mismo período del año anterior pero la gravedad de los mismos ha aumentado y han dejado 14 trabajadores muertos.
Según los datos recogidos por UGT, que cita la estadísticas publicadas este viernes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, en la región se produjeron un total de 10.914 accidentes frente a los 11.312 del mismo periodo de 2024, un dato que el sindicato ha advertido, no es positivo «a pesar de la evolución» debido «al aumento de la gravedad de los accidentes» en las empresas regionales.
Asimismo, ha señalado como «muy preocupantes» las cifras de víctimas mortales en la medida en que el año pasado ya fue un período con un «importante incremento» de personas fallecidas según ha informado el sindicato en una nota de prensa
Por provincias, los accidentes laborales descendieron en Toledo un 8,6 %, en Guadalajara un 7,7 % y en Cuenca un 3,3 %, sin embargo, las provincias de Albacete y Ciudad Real subieron un 4,8 % y un 2,2 % respectivamente.
Por su parte, Cuenca y Toledo, con cinco fallecidos cada una, son las provincias que acumulan los siniestros con mayor gravedad.
Para UGT la bajada paulatina de los accidentes laborales no puede llevar a «bajar la guardia» especialmente cuando en las «empresas de la región muere cada vez más gente» y ha señalado que deben exigir el «cumplimiento estricto» de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y la puesta en marcha de la figura del «delegado territorial de prevención» para poder llegar a empresas con «más índice de siniestralidad laboral», que son aquellas de «menor tamaño y sin representatividad sindical».
Por otro lado, el sindicato ha advertido de los «riesgos» que entrañan las «altas temperaturas» para la salud y seguridad de los trabajadores en comunidades como Castilla-La Mancha donde se «sufre especialmente el estrés térmico», por lo que hay que estar «vigilantes».
Por último, han hecho hincapié en la necesidad de adaptar las condiciones de trabajo, incluyendo la «reducción o modificación» de las horas de desarrollo de la jornada, en los casos de alerta naranja o roja cuando las medidas preventivas no garanticen la protección de los trabajadores.