Dominando el paisaje de la comarca del Señorío de Molina, el Castillo de Molina de Aragón se alza sobre un cerro que permite contemplar una de las vistas más espectaculares de la provincia de Guadalajara. Esta imponente fortaleza es uno de los conjuntos defensivos más grandes de Castilla-La Mancha y un referente del patrimonio medieval de la región.
Su origen se remonta al siglo X, cuando fue levantado como alcazaba por los musulmanes. Tras la reconquista cristiana, en el siglo XII, fue ampliado y reforzado por los señores de Molina, convirtiéndose en un enclave estratégico durante siglos. Su arquitectura conserva numerosos elementos originales, como torres, murallas, almenas y un imponente torreón del homenaje que aún se mantiene en pie.
El recinto cuenta con dos líneas de muralla: una interior que protegía el castillo propiamente dicho y otra exterior que abarcaba a la población y servía de defensa avanzada. En total, el perímetro fortificado supera los mil metros, con seis torres principales y varios accesos que permiten recorrer el conjunto monumental.

Una de las particularidades del castillo es su adaptación al terreno. Su planta irregular se ajusta a la topografía del cerro y sus muros aprovechan la pendiente para reforzar la defensa natural. Además, en su interior aún pueden observarse restos de aljibes, estancias militares y zonas residenciales.
Desde lo alto de sus torres se obtienen amplias vistas del valle del río Gallo y del Parque Natural del Alto Tajo, lo que convierte la visita en una experiencia también vinculada al entorno natural. Su conservación y apertura al público permiten que los visitantes recorran sus murallas y revivan la historia medieval de la comarca.

Cómo llegar y recomendaciones para la visita
Molina de Aragón se encuentra a unos 140 kilómetros de Guadalajara capital y a poco más de 200 de Madrid. El acceso más habitual es por carretera a través de la N-211, que conecta con otras localidades importantes de la comarca. Desde el centro del pueblo, el castillo es visible en todo momento y se puede llegar caminando en unos 15 minutos. También es posible subir en coche hasta una zona de aparcamiento cercana.
El acceso exterior al castillo es libre todos los días del año. Para visitar el interior, es necesario concertar una visita guiada, que normalmente se ofrece durante los fines de semana o con reserva previa a través de la oficina de turismo local o de la web del Ayuntamiento.

Se recomienda llevar calzado cómodo, ya que el recorrido incluye pendientes y zonas empedradas. Durante los meses de verano es aconsejable protegerse del sol y llevar agua, ya que gran parte del trayecto se realiza al aire libre y no hay sombra en el recinto.
El castillo de Molina de Aragón es una parada obligada para quienes desean conocer uno de los grandes símbolos del patrimonio castellano-manchego. Su valor histórico, su monumentalidad y su entorno natural lo convierten en una experiencia completa para los amantes de la historia, la arquitectura y la naturaleza.