D.S.Z.C, acusado de matar a su compañero de piso -A.G.M.M- tras apuñalarlo en Yeles (Toledo) en mayo de 2022, ha admitido este lunes que mató a la víctima por que este le había trasladado amenazas hacia su familia, aspecto por el que sintió «mucho miedo». «No quería hacerlo sufrir, yo quería terminar con la vida de él y ya».
En la primera sesión del juicio con jurado popular que se ha celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Toledo, ha quedado reflejado que ambos eran colombianos y que convivían juntos. El acusado ha explicado que la víctima le pidió una receta de una droga, motivo por el que le amenazó nombrándole a su familia.
Insistiendo en el temor que sintió por su familia, porque «matar a una persona en Colombia es muy sencillo» por valor de 200 euros, ha recordado que en la mañana de los hechos tuvieron una discusión «muy en serio». «Fui al coche a por un cable y le vi aparecer con un cuchillo», ha manifestado el acusado sobre la víctima.
Acto seguido, D.S.Z.C cogió otro cuchillo del coche y tras tirarse ambos al suelo, según el acusado, intentó quitarle el cuchillo a la víctima y le «entró el nervio». Le apuñaló entonces, y le vio «apoyado de lado tratando de respirar», señalando que en ese momento percibió que «estaba vivo todavía».
Aunque no ha dejado claro cuántos cuchillos empleo en matar a la víctima ni el número de puñaladas que le propinó, el acusado ha señalado que «trato de meter el cuerpo en el interior de la vivienda para que las vecinas no vieran la escena tan terrorífica».
Además, durante el juicio, ha afirmado que llevaban «cinco días de fiesta», precisando que habían consumido mucha droga durante muchos días. «El cuerpo no nos daba para más».
CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS
Ya en la noche del 27 de mayo, según el acusado, la víctima comenzó a amenazarle porque no le quería proporcionar la receta de una droga de la que él tenía conocimiento. Por la mañana siguieron las amenazas, ha afirmado. «Decía que mi familia no valía esa receta».
Tras ir a por un cable al coche, observó por la ventana que la víctima portaba un cuchillo, motivo por el que cogió otro. «Terminamos en el suelo y yo lo tenía dominado», ha manifestado.
Sin dejar claro si le apuñaló con el cuchillo que él mismo portaba o con el de la víctima, el acusado sí ha manifestado que creía que le había matado en el rellano de la vivienda, porque no le dio «opción a nada», aunque previamente ha dicho que no se produjeron «tantas puñaladas» y que la víctima tenía posibilidades de defenderse.
Acto seguido, y mencionando que la puerta de la vivienda estaba entreabierta, aunque él trató de que las vecinas no vieran la escena -para evitarles «un mal trago»- tampoco ha dejado claro si cogió un cubo y una fregona para limpiar la sangre, detalles que no recuerda.
Después, se fue a la ducha porque se sentía «sucio» y ha admitido que sabía que la Policía y la Guardia Civil iban a personarse en el lugar porque alguien les habrían avisado.
Así las cosas, a preguntas de los agentes, ha recordado que les reconoció que sí le había matado y ha añadido que de ninguna manera intenta fugarse, por que si lo hubiera pretendido, se habría marchado la noche anterior a los hechos, al tener ya la maleta preparada.
Finalmente, ha referido que la víctima le habló de una condena que le afectaba de entre 8 y 10 años de cárcel. También ha señalado que el fallecido tenía un arma de fuego y proponía dinero por inculpar a otras personas.
MINISTERIO FISCAL
En su alegato de inicio, el Ministerio Fiscal se ha ratificado en su petición de asesinato -por el que pide 25 años de prisión- añadiendo que concurren ensañamiento, ya que las puñaladas le causaron al finado hasta cincuenta heridas; y alevosía, pues la víctima no tenía posibilidad de defenderse, al hallarse su cuerpo «prácticamente inerte».
Así, el representante de la Fiscalía ha señalado que el acusado empleó tres cuchillos, «uno que se rompió en el rellano y otros dos en la vivienda». «Utilizó los cuchillos que le hicieron falta, iba rompiendo uno tras otro hasta que logró su finalidad», ha afirmado.
DEFENSA
Por su lado, el letrado de la defensa, durante el juicio, ha manifestado que su defendido mató a la víctima porque vio un riesgo real para su familia. Tras la primera sesión, en declaraciones a los medios, ha señalado que la petición de homicidio «quedaría fuera» y también el hecho de que el acusado hubiera ejecutado la muerte en legítima defensa.
«Hay dos armas al menos reconocidas, hay muchos cortes, muchas heridas. Entendemos que el delito de homicidio quedaría fuera», ha afirmado.
La alternativa de la defensa es intentar conseguir que se demuestre que no hay ensañamiento, ha dicho el letrado, y que no se pretendía generar dolor. En cuanto a la alevosía de si -la víctima- se podía defender o no, «habría que ver si se podría quitar también», ha manifestado.