jueves, 6 febrero, 2025

Letur empieza a resurgir cien días después de la DANA y llaman de nuevo al turismo

Tras más de dos meses con la mayor parte de negocios y residencias turísticas cerradas, los letureños se enfrentan ahora al desafío de volver a atraer a los visitantes

El pueblo albaceteño de Letur empieza a ver revivir su economía pasados los cien días de la dana que asoló el municipio con un llamamiento al turismo y gracias a la ayuda económica recibida por instituciones y particulares. Tras más de dos meses con la mayor parte de negocios y residencias turísticas cerradas, los letureños se enfrentan ahora al desafío de volver a atraer a los visitantes que nutrían la economía del pueblo, considerado uno de los más bonitos de la provincia de Albacete y de España, mientras continúan las labores de reconstrucción y las dificultades para regresar a la normalidad de sus vidas.

Elena Navarro, responsable de la Oficina de Turismo, ha resaltado los esfuerzos que se están realizando para superar el impacto de las inundaciones del pasado 29 de octubre, que arrasaron parte del casco antiguo y se cobraron la vida de seis de sus vecinos. «Ha sido duro y está todavía siendo duro. Además de las pérdidas humanas, las pérdidas materiales, las viviendas, el dolor de sentimiento de pérdida del pueblo ha sido muy duro, pero en Letur somos muy resilientes, muy fuertes y volverá otra vez a funcionar y a ser lo que era», ha afirmado Navarro, quien ve fundamental para ello recuperar la atracción turística.

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«El turismo ha descendido mucho. Los dos primeros meses fue prácticamente nulo. No se permitía a la gente acceder por seguridad. Cerraron todas las casas rurales y los restaurantes hasta hace un par de semanas», ha detallado la responsable.

El propio edificio donde estaba la Oficina de Turismo fue uno de los más afectados por la riada y finalmente tendrá que ser demolido. «Yo estaba trabajando ahí cuando llegó la dana y pasé unos momentos complicados porque me quedé atrapada», ha recordado Navarro, quien se salvó de ahogarse gracias a la ayuda de uno de sus vecinos.

A día de hoy, pone todo su ánimo para reactivar el sector turístico del pueblo. «Estoy trabajando en funciones de administración y moviendo el turismo porque tenemos que levantar Letur. Ya hemos abierto las viviendas municipales y estoy animando a todos los comerciantes para luchar todos juntos, no podemos permitirnos estar dándole vueltas a lo ocurrido», ha explicado Navarro.

La responsable de Turismo ha agradecido la colaboración de voluntarios e instituciones. «Han sido muchas las personas voluntarias que han donado muebles, electrodomésticos e incluso vehículos que han dado a particulares. Se han hecho muchos fines de semana con campañas de voluntarios para ir a las rutas para recuperar los senderos y limpiar los caminos y las rutas más turísticas. Vecinos, amigos de vecinos, gente desconocida, asociaciones de senderistas que han venido tanto a aportar dinero económicamente como para reponer la señalización de senderos como a limpiar físicamente ellos», ha afirmado esta letureña. «Ha sido lo mejor, me emociono de pensarlo».

TRES MESES DE REHABILITACIÓN

El alcalde de Letur, Sergio Marín, lleva tres meses volcado en la rehabilitación del municipio. «El mayor desafío ahora depende de la solución técnica que nos plantee la Confederación Hidrológica del Segura para derivar el agua y evitar que esto vuelva a ocurrir, pero por otro lado tenemos que revitalizar todo el municipio y el casco antiguo y ya hemos comenzado a fomentar el turismo por parte del Ayuntamiento», ha asegurado.

Este primer edil juró el cargo en 2023 como uno de los alcaldes más jóvenes de la provincia con 28 años, sin pensar en ningún momento que le tocaría dirigir el pueblo a través de uno de los episodios más trágicos de su historia.

«Creo que cuando te presentas a unas elecciones municipales el objetivo es trabajar por tu pueblo, independientemente de las circunstancias que se vivan. Ha sido difícil mezclar lo profesional, que es la responsabilidad que implica estar al frente de un municipio, con lo personal. Pero al final se sacan fuerzas porque en ese momento es cuando más necesitan tus vecinos que estés fuerte. Hay que pensar en el futuro de tu pueblo donde has crecido y has nacido», ha afirmado Marin.

Aunque la retirada de escombros y el restablecimiento de servicios ya han finalizado en la localidad, aún queda tiempo para que Letur recupere su vida normal. Carmina Martín, original de Guadalajara y vecina de Letur desde 2022, es una de las pocas afectadas que aún no ha podido volver a instalarse en su casa. «Entiendo que se está haciendo la mejor gestión posible», ha admitido Martín, «pero ahora es un trabajo más lento y esto nos genera mucha incertidumbre. Hay gente mayor que subir o bajar las pasarelas del pueblo -que dan acceso al casco antiguo- les cuesta mucho. Esperamos que pronto se pueda ir en coche y que puedan volver a tener una relación social como antes», ha incidido esta vecina.

Martín quedó prendada en el 2020 de la belleza de Letur durante un viaje. «Me sorprendió el paisaje, el clima. Me asombró ver granados salvajes, manzanos, su campo y su entorno. Era como un mercado abierto. Me enamoré. Pensé en jubilarme y venirme aquí. Pero no pude esperar. Dejé el hospital en el que trabajaba y comencé mi vida en este pueblo», ha recordado la guadalajareña.

Desgraciadamente, su nueva vida en Letur se vio sacudida con la DANA del 29 de octubre. «La riada abrió puertas, ventanas, volcó armarios. Tengo ropa aún con barro», ha mostrado durante una visita a su casa, donde las humedades y los daños aún son latentes. Debido a la estrechez de la calle, las labores de rehabilitación están tardando más en su hogar, siendo esta vecina una de las pocas que aún no se ha podido reinstalar en su vivienda.

Algunos letureños, además de perder la casa, viven a día de hoy con las secuelas físicas y psicológicas que les dejó la inundación. Es el caso de Laura Álvarez, quien llegó a Letur desde Honduras con sus dos hijas y ha trabajado varios años en el pueblo como cuidadora de ancianos

Desde la llegada de la dana, Álvarez no ha querido bajar al casco antiguo. «No tengo ganas», ha confesado esta vecina, quien aún padece de movilidad reducida tras las lesiones que le causó la riada. «Además no nos queda nada allí y bajar a esa zona es muy difícil para mí», ha detallado.

Torre de Gazate Airén

Su casa es uno de los ocho edificios que han tenido que ser totalmente demolidos en el proceso de reconstrucción. Ahora esta vecina confía en que regrese el turismo para que Letur se pueda recuperar. «Las oportunidades de trabajo están afectando mucho al pueblo, ojalá todo vuelva pronto a ser como antes de la dana. Este sitio me encantaba, teníamos mucho turismo y a la gente le encantaba el lugar. Aquí se vive muy bien», ha reseñado Álvarez, quien se ha sentido «muy arropada» por sus vecinas y el Ayuntamiento. «Han estado conmigo y con mis hijas desde un principio, primero ofreciéndome un lugar donde quedarnos y ahora con un alquiler que nos podemos permitir».

El director del Cantero de Letur, Pablo Cuervo, dirige una de las principales empresas del pueblo. Aunque su fábrica de lácteos se salvó de la dana, los trabajadores de la compañía se vieron muy afectados por el torrente al ser en su mayoría originarios del pueblo. «Tuvimos la mala suerte de que uno de nuestros compañeros y su mujer perdieron la vida en la riada. Fue un desastre a nivel anímico, ha costado mucho reponerse de ese palo», ha concretado Cuervo.

La empresa fue una de las donantes en las ayudas económicas que están siendo esenciales en las labores de reconstrucción. «Desde un primer momento nos pusimos a disposición para lo que hiciera falta», ha recordado el director. El Cantero de Letur además lanzó una campaña semanas después de lo ocurrido titulada ‘Letur Renace’. «Era un vídeo basado en la esperanza, centrándonos en un niño que nació aquí una semana después de la inundación», ha comentado Cuervo, quien asegura que la reconstrucción «es una carrera de fondo».

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