“Me ha gustado mucho cómo se ha aunado el mundo anglosajón con algo tan nuestro como el vino manchego”.  Fue el regusto para los asistentes en una noche terrorífica vivida en la sede dl Consejo Regulador durante la noche de ánimas, convertida en velada de Hallowine para los casi 60 participantes.

El toque comercial de Halloween fue solo el reclamo para diseñar un programa repleto de misterio y enigma que tuvo al vino como leitmotiv en los sentidos.

Torre de Gazate Airén

Nada más subjetivo, personal y sensorial que el propio miedo para guiar ser guiados en la noche por los cuentos, leyendas y relatos de tradición oral que durante siglos han enriquecido la idiosincrasia cultural de todos los Santos.

Un maridaje de sensaciones que se puso en práctica por medio de juegos, catas,  pequeñas representaciones teatrales y acertijos para descifrar los “secretos ocultos del mundo del vino”, vinculados durante siglos al significado simbólico del más allá.

Fiesta bisagra entre estaciones

Importada del calendario anglosajón, más permeable a la tradición celta, la llegada de Halloween se ha convertido en un reclamo para todos aquellos que sienten fascinación por el miedo y el suspense.

Una fecha que marca la definitiva transición al otoño con el cierre final de cosechas, cambio de hábitos y horarios y que no obstante encuentra también vinculación histórica y respeto reverencial en los difuntos, durante el consumo de vino y los ritos funerarios en la cultura clásica. De hecho, no solo en la Antigüedad clásica, también con la Edad Media, convertido en materia gótica omnipresente, y posteriores siglos como el Barroco, el vino acompañó al concepto desconocido e inquietante de la muerte y sus ritos de transición, alcanzando cotas de mayor misterio y atracción con el romanticismo y los relatos del siglo XIX.

Lokinn

Primera noche de “Hallowine” por los vinos DO La Mancha

El evento se desarrolló con una cata preferencia, en escasas condiciones de luz y aderezada con relatos misteriosos, donde los asistentes, como sucede a menudo con la aprensión del propio miedo, se dejaron llevar por la intuición sensorial para definir sus gustos en diferentes vinos catados.

Acertijos, adivinanzas, representaciones teatrales y algún que otro susto completaron la noche convertida en juego donde además los participantes tuvieron un premio con material promocional  a la salida.

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