El Museo del Greco, en Toledo, presenta este lunes un belén napolitano, perteneciente a la colección de Amador Valdés y Julián Hernández, integrado por figuras de los siglos XVIII y XIX y que se podrá visitar desde el martes 5 de diciembre hasta el 4 de febrero de 2024.
La mayoría de las alrededor de 60 figuras que integran este nacimiento tienen los bustos modelados en terracota, las manos y piernas están talladas en madera, los ojos son de cristal, y las vestimentas incluyen sedas, encajes, puntillas, perlas y pequeñas piedras preciosas cosidas sobre un cuerpo de estopa y alambre.
Muchas de sus piezas son de los siglos XVIII y XIX y entre ellas hay varias modeladas por el gran escultor napolitano Giuseppe Sanmartino.
Este belén pertenece a la colección de Amador Valdés y Julián Hernández, ha informado el Museo en sus redes sociales, consultadas por EFE, y se podrá visitar desde el martes 5 de diciembre hasta el 4 de febrero de 2024.
Los primeros belenes se remontan a representaciones encontradas en catacumbas romanas anteriores al siglo V, pero los primeros con el significado actual que mantenemos proceden de san Francisco de Asís, quien en 1223 organizó en Greccio (Lacio, Italia) un belén viviente en la Nochebuena.
En España esta tradición fue introducida por la orden franciscana en el siglo XV, pero su auge llegó con Carlos III y su esposa, la reina María Amalia de Sajonia, también coincidiendo con el Neoclasicismo y, especialmente en Nápoles, con el hallazgo de Pompeya.
Por este motivo, es frecuente ver escenarios de ruinas clásicas en esos belenes, o incluir en la escenografía el volcán Vesubio, que sepultó Herculano y Pompeya en el año 79.
Con Carlos III y María Amalia de Sajonia los belenes se extendieron entre la nobleza y la tradición llegó al resto de la sociedad y a las colonias españolas en América, Filipinas e Islas del Pacífico.
