jueves, 21 noviembre, 2024

¿Debemos vacunarnos contra la gripe?

Artículo de Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología (Universidad de Salamanca)

Octubre es el mes de la prevención del cáncer de mama y la casilla de salida que marca el comienzo de una nueva temporada de gripe. En general, anualmente entre el 5 % y el 15 % de la población se ve afectada por la gripe. Cada año acontecen entre 3 y 5 millones de casos de gripe grave y alrededor de 650 000 muertes en todo el mundo.

Esta situación recurrente representa una carga importante para los sistemas sanitarios y la economía de los países. En este planeta globalizado e interconectado, no parece acertado cuestionar si habrá una próxima pandemia de gripe. Quizás sea más oportuno preguntar, sencillamente, cuándo ocurrirá.

La estrategia mundial contra la gripe para el periodo 2019-2030 proporciona un marco para que la OMS y los países aborden la gripe de manera integral. El objetivo es poner en marcha programas nacionales sólidos que contemplen desde la vigilancia hasta la prevención y el control de la enfermedad. La estrategia está centrada en el desarrollo de mejores herramientas mundiales, como vacunas y tratamientos antivirales. Pero también en la planificación de la seguridad sanitaria a nivel nacional y en aumentar los esfuerzos de cobertura sanitaria universal.

¿Cómo se diferencia un resfriado de la gripe?

Una persona portadora del virus de la gripe puede contagiar la enfermedad al toser o estornudar. Y es contagiosa desde 1 a 2 días antes de que se desarrollen los síntomas hasta 5 días después de que aparezcan.

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En ocasiones, en los primeros estadios, la gripe puede ser confundida con un resfriado, pero son dos enfermedades muy diferentes. Los síntomas de la gripe aparecen repentinamente con fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga. A diferencia de un resfriado, que suele empezar con dolor de garganta y congestión nasal y agravarse gradualmente. En general, los síntomas de un resfriado son leves en comparación con los de la gripe.

Los rinovirus, de los cuales existen más de 100 subtipos, causan la mayoría de los resfriados comúnes, aunque a veces detrás algunos resfriados puede haber adenovirus, coronavirus y metapneumovirus humanos. La gripe está causada por influenzavirus.

Circulando con covid-19

La temporada de gripe 2021-2022 será la segunda en la que la gripe y la covid-19 convivan. Por lo tanto, es importante asegurar que las personas con mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por gripe estén protegidas, al igual que los trabajadores sanitarios, para que los sistemas de salud no queden abrumados y comprometidos por brotes combinados de gripe y covid-19.

La vacunación contra la gripe ayuda a que haya suficientes recursos disponibles para brindar atención a quienes la necesiten, cuando la necesiten.

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Está especialmente recomendada a personas mayores, preferentemente a partir de los 65 años de edad, con especial énfasis en aquellas que conviven en instituciones cerradas. Pero también a mujeres embarazadas y que estén en el puerperio; menores entre los 6 meses y los 2 años de edad con antecedentes de prematuridad menor de 32 semanas de gestación; personas de cualquier edad, con 6 meses o más, residentes en centros de acogida o sociosanitarios y en instituciones penitenciarias de manera prolongada; menores entre los 6 meses y los 18 años de edad que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico (por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe); personas con menos de 65 años de edad que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe por enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias; inmunosuprimidos; diabéticos; enfermos de cáncer; pacientes con obesidad mórbida, etc.

Sin olvidar a las personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones. A este grupo pertenece, entre otros, el personal sanitario, personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, estudiantes en prácticas en centros sanitarios y sociosanitarios, personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, servicios de protección civil, bomberos y personal de centros de internamiento.

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¿Y qué pasa con quienes no están en la lista? En general, las personas con ciertas enfermedades o con el sistema inmunitario debilitado tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones de la gripe. Sobre todo neumonía, bronquitis, infecciones sinusales e infecciones del oído.

Evitar cruces de especies para evitar pandemias

Es importante destacar que las personas que, por su trabajo, están directamente expuestas a aves silvestres o a aves domésticas y a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas también deberían vacunarse contra la gripe. La finalidad es reducir la oportunidad de una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino, disminuyendo la posibilidad de recombinación o intercambio genético entre ambos virus.

Los influenzavirus A son los agentes causales de la gripe común en humanos y de las gripes aviares, porcina y equina. Los virus de la gripe poseen una alta tasa de mutación y un fenómeno conocido como redistribución genética que permite al virus generar muchas combinaciones distintas.

Todas las pandemias de gripe conocidas han sido ocasionadas por virus gripales del tipo influenza A. Los virus de influenza tipo A pueden dividirse en diferentes subtipos dependiendo de los genes que constituyen las proteínas de superficie, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Las proteínas hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) del virus constituyen los sitios principales de reconocimiento antigénico por parte del sistema inmunitario del hospedador.

Existen 18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa diferentes, de H1 a H18 y de N1 a N11 respectivamente, por lo que potencialmente existen decenas de combinaciones del subtipo de influenza A, como por ejemplo los famosos H1N1, H3N2, H5N8, H2N2, etc. Es destacable que dentro de cada subtipo existe una considerable variabilidad genética, antigénica y fenotípica, lo que repercute en la patogenicidad de la cepa.

La vacuna de este año

En el mes de febrero de cada año, la OMS publica la composición de la vacuna para su utilización en el hemisferio norte. Las vacunas trivalentes recomendadas para esta temporada 2021-2022 tienen diferentes componentes:

-Las producidas a partir de huevos embrionados y las vacunas vivas atenuadas contienen una cepa análoga a A/Victoria/2570/2019 (H1N1)pdm09, una cepa análoga a A/Cambodia/e0826360/2020 (H3N2) y una cepa análoga a B/Washington/02/2019 (linaje B/Victoria).

-Las producidas a partir de cultivos celulares contienen una cepa análoga a A/Wisconsin/588/2019 (H1N1)pdm09, una cepa análoga a A/Cambodia/e0826360/2020 (H3N2) y una cepa análoga a B/Washington/02/2019 (linaje B/Victoria).

-Las vacunas tetravalentes deben contener en su composición, además de las anteriores, una cepa análoga a B/Phuket/3073/2013 (linaje B/Yamagata/16/88).

Los objetivos para la temporada 2021-2022 están en consonancia con los establecidos por la Organización Mundial de la Salud y por la Comisión Europea. Pretenden alcanzar o superar coberturas de vacunación del 75 % en mayores y aumentar las coberturas de vacunación en profesionales sanitarios y grupos de riesgo.

Según ha demostrado la evidencia emergente en algunos países, el riesgo de muerte en personas infectadas por el SARS-CoV-2 aumentó a más del doble cuándo los afectados también padecían gripe.

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