Un equipo multidisciplinar del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, centro dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha desarrollado una metodología basada en técnicas de imagen, que permite visualizar la presencia de dolor en pacientes con esguince cervical crónico tras un accidente de tráfico. El proyecto se ha llevado a cabo gracias a una ayuda a la investigación de la Fundación Mutua Madrileña.
Los investigadores han estudiado durante tres años a tres grupos de voluntarios: personas que tras un accidente de tráfico tuvieron un esguince cervical, sufrieron dolor y ahora están totalmente recuperados; personas con un esguince cervical que sufren secuela de dolor cervical crónico y un tercer grupo de personas sanas y sin dolor, según ha informado la Junta en nota de prensa.
Según informa el coordinador de la investigación y jefe de Traumatología del Hospital de Parapléjicos, Andrés Barriga, «el estudio ha consistido en detectar la presencia de signos de dolor neuropático en los pacientes con dolor cervical crónico tras esguince cervical y comprobar si, tras la aplicación de un estímulo doloroso con calor en la mano, los mecanismos normales para inhibir el dolor están o no alterados».
Además, explica Andrés Barriga, se han utilizado técnicas de neuroimagen cerebral, -concretamente, la espectroscopía en resonancia magnética de 3T-. «Para esta finalidad se ha diseñado por parte del Servicio de Radiología de Parapléjicos, junto con ingenieros especializados, una antena de cabeza especial de 32 canales, con la que podemos identificar marcadores del dolor y ver en qué áreas del cerebro hay modificación en el perfil metabólico en determinados núcleos cerebrales, según la existencia de dolor crónico, tanto si es neuropático como somático».
El esguince cervical es muy frecuente: Afecta cada año a más de 25.000 españoles. La mayoría de las veces se soluciona con un tratamiento rehabilitador y no hace falta realizar pruebas porque, en pocas semanas, el paciente mejora, pero hay un tipo de paciente que no lo hace y sufre dolor crónico. «Lo que hemos demostrado es que, en estos pacientes, hay una cierta sensibilización central al dolor, es decir que su sistema nervioso no tiene la capacidad de inhibirlo».
La alteración del mecanismo de inhibición del dolor se ha podido identificar en enfermedades como fibromialgia, en dolor neuropático, en síndromes de dolor crónico y en determinados pacientes con latigazo cervical.
Para abundar en la explicación, Andrés Barriga ha puesto el caso del soldado herido en una batalla que sigue luchando sin darse cuenta de que está herido hasta que acaba la batalla, «esto sucede porque el dolor tiene unas vías aferentes, es decir, información que sube desde el punto donde se ha producido el trauma hasta el cerebro y unas vías inhibitorias, neuronas que inhiben ese dolor».
Al medir, a través de la novedosa técnica de neuroimagen, la concentración de metabolitos en núcleos cerebrales relacionados con el dolor o con su inhibición y comprobar las alteraciones vemos que el paciente realmente no está fingiendo. Los voluntarios sanos no tienen estas alteraciones en los metabolitos y los del grupo que tuvieron esguince cervical y se curaron tampoco. «En definitiva, con el método que hemos diseñado, podemos distinguir a las personas con latigazo cervical que tienen alterados los mecanismos neuronales para inhibir el dolor de aquellas que sencillamente lo fingen», afirma Andrés Barriga.
El estudio, que está pendiente de publicación en revistas científicas de prestigio, se ha presentado en el Annual Global Spine Congress de la ciudad canadiense de Toronto.
DAR UN PASO MÁS
El siguiente paso en esta investigación será detectar en Urgencias o al poco tiempo del esguince a los pacientes que pueden tener problemas para inhibir el dolor en fase aguda, es decir, su predisposición natural a desarrollar dolor crónico y actuar de manera precoz para evitar que el dolor se cronifique. De esta manera, se puede adelantar la terapia, tratarlos por ejemplo con técnicas de neuromodulación o aplicar la medicación más adecuada, «lo que sería de gran utilidad».