En el marco de la Operación ‘Pinchudo’, el Seprona de la Guardia Civil de Toledo ha detenido a tres personas e investigado a otras diez, como presuntos autores de varios delitos relativos a la protección de la flora y fauna y grupo criminal. Estos individuos se dedicaban a organizar jornadas de caza de forma furtiva cuyo objetivo fundamental era abatir erizos y liebres.
La investigación se inició hace seis meses por parte de la Patrulla de Comandancia de Protección de la Naturaleza de Toledo (PACPRONA), donde a través de labores de ciberpatrullaje en redes sociales y con objeto de detectar ilícitos contra el medioambiente, esta unidad observa distintas publicaciones fechadas en 2023 y 2024, donde diferentes individuos suben videos y fotografías de caza de erizos, valiéndose de perros adiestrados en cuatro poblaciones de la Comarca de la Jara y Talavera de la Reina, posando con los erizos capturados, y otras publicaciones donde se observa el cocinado de los mismos para posteriormente comerlos en distintas celebraciones y eventos, según ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.
En lo que respecta a los erizos, se trata de la especie Erinaceus europaeus, especie protegida de acuerdo con la Ley 42/2007, de 13 de diciembre del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, además de encontrarse recogida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha.
Tras una laboriosa investigación y visionado de todo el material audiovisual que se logra recopilar, se identifica sin ningún género de dudas, a todos los miembros del grupo criminal que participan en la comisión de estos ilícitos, comprobando que la caza de erizos se realizaba en los meses de febrero a septiembre, lo que afecta de lleno a su época reproductiva, habiendo constatado el Seprona la caza de hasta 446 individuos, pudiendo alcanzar una valoración total de unos 627.000 euro aproximadamente como cuantía del daño causado al medio natural, según refleja el Decreto 67/2008, de 13 de mayo.
Paralelamente, se comprueba cómo estas personas además practican actos de caza furtiva de liebres, mediante utilización de visores térmicos, donde localizan sin margen de error la liebre encamada para acercarse seguidamente con perros de raza galgo, provocando la huida del animal y soltando los perros, comenzando así una carrera tras la pieza, siendo observado desde vehículos todo terreno campo a través.
Los agentes, a partir de los videos publicados en redes sociales, consiguen situar los escenarios de caza de liebre en cotos privados de caza donde sin autorización del titular cinegético realizan estas prácticas ilegales.
Conforme señala el Código Penal en sus artículos 334, 335 y 570.ter, los encartados por delitos contra la flora y la fauna se enfrentan a penas prisión de hasta seis meses a dos años de prisión o multa de ocho a veinticuatro meses, pudiendo agravarse las penas mencionadas por realizar esta actividad como asociación o grupo criminal.