Todos y todas somos conscientes de la vasta geograf铆a de nuestra regi贸n y la complejidad que supone llegar a todos los lugares, especialmente aquellos m谩s alejados de los grandes n煤cleos urbanos. Hoy, en el D铆a Internacional de los Bibliobuses, quiero dedicar unas palabras a su labor: una labor silenciosa y constante de un equipo de personas comprometidas, cuya entrega merece todo nuestro reconocimiento y gratitud.
Los bibliobuses surgen como guardianes de la cultura y la educaci贸n. Con ocho unidades que recorren cada rinc贸n de esta regi贸n, con m谩s de 350 paradas en 333 municipios, llegan a casi 75.000 habitantes que, de otro modo, tendr铆an un acceso muy limitado a los libros, la informaci贸n y el conocimiento. Este servicio, invisible para algunos, es una joya imprescindible que no solo fomenta la lectura, sino que tambi茅n fortalece el tejido social de las comunidades rurales.
Como si fueran modernos caballeros andantes, los bibliobuses recorren nuestra tierra resolviendo los entuertos de la desigualdad cultural. Armados no con lanzas, sino con libros, llevan en su interior la esencia de aquellos sue帽os que Don Quijote persigui贸: un mundo mejor, lleno de justicia, conocimiento y esperanza. Los bibliobuses representan un puente entre lo urbano y lo rural, transportando a bordo la riqueza de las bibliotecas a lugares donde no es posible tener una fija. En una regi贸n como Castilla-La Mancha, con numerosos pueblos de escasa poblaci贸n y a menudo alejados de los grandes centros culturales, estas bibliotecas m贸viles garantizan el derecho universal al acceso a la cultura.
No son veh铆culos cargados de libros, son espacios vivos donde los lectores pueden descubrir nuevos mundos. Su colecci贸n abarca desde cl谩sicos universales hasta novedades editoriales, pasando por libros infantiles, m煤sica, cine, materiales educativos y recursos digitales, y con ello, tambi茅n esperanza y conexi贸n. Esto permite que cualquier persona, independientemente de su edad o condici贸n, pueda encontrar algo que le inspire y le motive y, adem谩s, romper con la rutina y crear un punto de encuentro para la vecindad.
Detr谩s de cada bibliob煤s, como dec铆a, hay un equipo de bibliotecarias y bibliotecarios apasionados que no solo conducen y organizan los materiales, sino que tambi茅n crean v铆nculos con las personas a las que atienden. Conocen los gustos y necesidades de quienes utilizan sus servicios, recomiendan lecturas y fomentan el amor por los libros en cada interacci贸n. Son mediadores culturales que convierten cada parada en una experiencia 煤nica. En muchos casos, tambi茅n desempe帽an un papel social, ofreciendo un espacio de escucha y di谩logo que refuerza el sentido de comunidad. Os transcribo las palabras que nos dijo una usuaria habitual de un peque帽o pueblo manchego: 芦El bibliob煤s no solo me trae libros, me trae alegr铆a禄. Los bibliobuses son embajadores de la cultura, la educaci贸n y la igualdad, y tambi茅n de la alegr铆a y la cohesi贸n. En una regi贸n como Castilla-La Mancha, donde las distancias pueden ser largas pero la sed de conocimiento es infinita, su labor es un testimonio del poder transformador de la lectura.
