Madrid, 18 ene (EFE).- El mejor aceite de oliva virgen extra del mundo, reconocido por la guía Evooleum 2025, sale de una variedad de origen italiano, la coratina, y de una finca de Ciudad Real que parece «más un parque natural» que una explotación agrícola.
El aove Dehesa el Molinillo Coratina de la campaña 2024/2025, que se impuso a más de un millar de muestras de 26 países en ese reconocido certamen, se produce al abrigo de los montes de Toledo en un paraje de trasfondo histórico.
La finca perteneció en su día a los duques de Veragua y a mediados del siglo XX pasó a manos del empresario textil José Biosca, quien fuera fundador de la Asociación Española contra el Cáncer.
Como cuenta el director de Dehesa el Molinillo, Pedro Belmar, Biosca trasladó al campo la idea industrial de construir casas para los empleados y en ellas siguen viviendo algunas familias.
Los propietarios actuales mantienen la finca tal como estaba en sus orígenes, sin grandes transformaciones y cuidando «mucho» el ecosistema y su rica biodiversidad, según el director.
«Esto es un parque natural más que una finca agrícola», compuesto de un olivar centenario, viñedo, cereales y ganadería de ovejas, cabras y vacas que conviven integradas con las especies cinegéticas, explica Belmar.
Una variedad poco común en España
Respecto al aceite, hace menos de una década se decidió apostar por la coratina debido a sus altos niveles de polifenoles y su contenido aromático, y en la actualidad se cultiva en unas 22 hectáreas de olivar de regadío, junto a las variedades cornicabra y empeltre.
Belmar asegura que en 2019 construyeron la almazara con la intención de elaborar unos aceites de oliva de máxima calidad y entraron en un mercado de una «competencia brutal» porque «cada día hay mejores aceites» no solo en España, sino también en todo el mundo.
El aove galardonado por Evooleum empezó a comercializarse hace poco y este año, al obtener cierta producción (de menos de 4.000 litros), lo presentaron a diferentes concursos.
El premio otorgado «nos ha cambiado la vida», pues ha despertado un «interés tremendo por conocer este aceite» y la demanda de pedidos se ha disparado, afirma el director de la empresa.
La mitad de la producción va dirigida al mercado español y la otra mitad ha encontrado hueco en Corea del Sur, donde cuentan con un distribuidor.
Un producto cada vez más valorado
Aunque a nivel nacional se espera que la actual campaña sea mejor que las dos anteriores, que fueron muy cortas por la sequía, la de Dehesa el Molinillo acabó hace un mes con menos kilos recogidos que en 2023, cuando hubo un récord de cosecha.
Belmar lo relaciona con la vecería, fenómeno que hace que el olivo dé mucho fruto en un año y poco al siguiente, y reconoce que «falta aceite», ya que hay más demanda de lo que son capaces de producir.
Además de impulsar la venta por internet, han abierto sus puertas para recibir a las personas interesadas en conocer la almazara y su método de producción, si bien no se plantean por el momento desarrollar un proyecto de turismo rural como tal.
Tras la «inyección de motivación» que ha supuesto el doble reconocimiento como mejor aove del mundo y como el más saludable, Belmar ve «muchas posibilidades» para un producto que cada vez se valora más.
«Siempre hemos apostado por la máxima calidad tanto en la producción como en la transformación del aceite», asegura el director, para quien la búsqueda de la excelencia implica «un salto muy grande» y poner «mucho celo en todas las fases».
