Se cumplen 65 años de la primera edición de lo que se empezó conociendo como Copa de Naciones de Europa, una competición que arrancó en la Unión Soviética, sin las principales selecciones del continente. Pese a que había grandes ausencias, como las de Alemania Federal, Italia o Inglaterra, el torneo arrancó en el Estadio Central Lenin (actualmente Olímpico Luzhnikí) el 28 de septiembre de 1958. La organización consiguió reunir 17 países para comenzar el torneo, uno más de los mínimos requeridos.
La organización de los partidos fue muy complicada. El torneo comenzó en 1958 y finalizó dos años más tarde. Los partidos se jugaban a ida y vuelta en cada uno de los países de los contendientes, como una fase eliminatoria de la actual Champions League. España alcanzaría los cuartos de final en aquel torneo, pero delante tendría a la Unión Soviética. El pase a semifinales requería viajar al país comunista para disputar uno de los partidos de la eliminatoria. Francisco Franco no permitió la entrada de los jugadores soviéticos en territorio español, y la URSS pasaría a la semifinal.
José Luis Costa, el “manchego” que formó parte del grupo
En ese primer viaje de la Copa de Europa, un “manchego”, José Luis Costa Cenzano, acompañaba a la Selección Española en su aventura. El aragonés comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol en Ciudad Real, provincia en la que se hizo conocido jugando para los Once Negros. Según el diario Lanza Digital, Pepe Luis Costa fue el apodo con el que lo conocían en la comarca manchega. Los aficionados se dieron cuenta de su calidad y sus partidos más importantes fueron contra el Atlético Manchego.
En 1960, la Federación de Fútbol destituye al asturiano Manolo Meana y designa tres médicos, que se encargarían de seleccionar los jugadores convocados para la selección española. Esos técnicos serían Ramón Gabilondo, Jaime Lazcano y José Luis Costa. Las labores de entrenamiento del equipo las llevaría a cabo el argentino Helenio Herrera. Por aquel entonces, la Selección Española de Fútbol estaba plagada de grandes estrellas, que con el tiempo se convertirían en leyendas del fútbol español. Di Stéfano, Gento o Luis Suárez eran los jugadores más sonados en aquella época.
José Luis Costa llegó a Ciudad Real en los años 20 de la mano de su padre, al que lo destinan desde el Banco de España, del que luego será presidente. En Ciudad Real vive parte de su juventud, estudiando y dando sus primeros pasos en el mundo del fútbol. Tras estar un tiempo viviendo en Ciudad Real se traslada nuevamente a Zaragoza, para militar en el Stadium Zaragoza, lo que sería la semilla de lo que hoy es el Real Zaragoza.
Tras cuatro campañas, Costa firmó por el Atlético de Madrid, club al que volvería cuatro años más tarde como directivo. Esta sería su mejor temporada y única en primera división, anotando ocho goles en liga en 18 partidos.
Su trayectoria como directivo
Su carrera siguió en los despachos. Sus dos años de trayectoria como directivo del Atlético de Madrid le hacen dar el salto a la Federación Española de Fútbol. Tras formar parte del trío seleccionador de jugadores, José Luis Costa se convirtió en el vigésimo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, en el año 1967.
Tres años en el cargo, hasta 1970, fueron suficientes para empezar a vislumbrar la idea de alojar el Campeonato Mundial de Fútbol. Según Lanza Digital, Costa afirmó durante su mandato que España estaba “perfectamente capacitada para organizar un mundial” y que en 1982 “lo estaría mucho más”.
Su presidencia significó un proceso de democratización en la federación, con un presidente que, según ABC, agradaba a todos los clubes y no se limitaba a ser una mera figura autoritaria.