Castilla-La Mancha se ha convertido en uno de los territorios de referencia en España para el llamado Turismo de las Estrellas, una modalidad que aúna naturaleza, ciencia y sostenibilidad. Un total de diez zonas de la región han sido reconocidas con la certificación Destino Turístico Starlight, un distintivo que garantiza la calidad del cielo nocturno para la observación astronómica y el compromiso del entorno con la protección frente a la contaminación lumínica.
Estos espacios no solo destacan por la oscuridad de sus cielos y la visibilidad del firmamento, sino también por su riqueza paisajística, cultural y medioambiental. La certificación implica una auditoría rigurosa que analiza factores como la transparencia atmosférica, la infraestructura turística y el compromiso con la educación astronómica.
A continuación, se detallan los diez destinos Starlight en Castilla-La Mancha:
- La Serranía de Cuenca: cielo entre monumentos naturales
El Parque Astronómico de la Serranía Conquense se ubica en el Parque Natural Serranía de Cuenca, una zona al noreste de la provincia con un altísimo valor ecológico, paisajístico y geológico. Forma parte de la Red Natura 2000 y está protegido como Sitio Natural de Interés Nacional.
La observación astronómica se complementa con enclaves únicos como la Ciudad Encantada, los Callejones de Las Majadas, el Parque Cinegético El Hosquillo —dedicado a la conservación de especies como el oso y el lobo ibérico— o el Nacimiento del Río Cuervo, declarado Monumento Natural. También destacan parajes como la Laguna de Uña, el Ventano del Diablo, el Nacimiento del Júcar o el conjunto urbano de Huélamo.

- Valle de Alcudia y Sierra Madrona: naturaleza virgen bajo las estrellas
Este destino, situado en el suroeste de la provincia de Ciudad Real, es uno de los grandes tesoros naturales de la región. Su excelente conservación ecológica y su biodiversidad lo convierten en un enclave único para la observación del cielo nocturno.
Se trata de un parque natural con bosques antiguos, paisajes montañosos y más de 160 especies de aves, a pesar de no contar con humedales. Las escasas fuentes de luz artificial favorecen unas condiciones óptimas para el astroturismo.

- Sierra del Segura: montaña, agua y cielos limpios
En el suroeste de Albacete, en el límite con Jaén, Granada y Murcia, la Sierra del Segura se caracteriza por su variada orografía, con montañas, cañones y valles recorridos por ríos como el Segura. En este entorno destaca el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, aunque toda la comarca ofrece entornos espectaculares moldeados por el agua.
La presencia de asociaciones locales de turismo y entidades especializadas en astronomía impulsa el desarrollo del astroturismo en la zona.

- Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel: tradición y firmamento
Esta comarca del suroeste de Albacete, limítrofe con Ciudad Real y Jaén, es una tierra de transición entre La Mancha, el Levante y Andalucía. En ella conviven montañas, llanuras, olivares y bosques mediterráneos. Desde las Lagunas de Ruidera hasta el calar del río Mundo, este territorio ofrece un sinfín de paisajes y una rica herencia cultural.
Cuenta con infraestructuras turísticas como museos, aulas temáticas, bodegas y empresas de turismo activo que apuestan por el desarrollo del turismo astronómico.

- Cielos de Guadalajara: historia y naturaleza bajo un cielo privilegiado
La certificación Starlight abarca en la provincia de Guadalajara las comarcas de la Sierra Norte y Molina-Alto Tajo, incluyendo 161 localidades. Es un extenso territorio que combina un valioso patrimonio natural —con sierras, campiñas, bosques y parameras— con restos arqueológicos de distintas épocas: paleolítica, neolítica, celtíbera, romana, visigoda e islámica.
Sus núcleos históricos, junto a la calidad de su cielo nocturno, convierten la zona en un destino privilegiado para el astroturismo.

- La Manchuela: cielos despejados y paisajes fluviales
Al nordeste de la provincia de Albacete, La Manchuela destaca por su combinación de llanura manchega y los cursos del Júcar y el Gabriel, que crean paisajes de gran belleza. Esta zona, rica en flora y fauna, no ha sufrido un deterioro ecológico significativo, lo que la convierte en un espacio ideal para disfrutar del cielo nocturno.
La tranquilidad del entorno, la gastronomía tradicional y los baños medicinales hacen de este destino un refugio perfecto para quienes buscan desconectar y mirar las estrellas.

- Cabañeros: estrellas entre rañas y ciervos
El Parque Nacional de Cabañeros, compartido entre Ciudad Real y Toledo, es uno de los espacios protegidos más emblemáticos de España. Su paisaje de rañas (llanuras) y bosque mediterráneo alberga grandes mamíferos y más de mil especies vegetales. Durante la berrea del ciervo, en otoño, los visitantes pueden disfrutar de este fenómeno natural al mismo tiempo que contemplan uno de los cielos más limpios de la Península.
Además, la zona cuenta con valores culturales ligados a la vida rural, como chozos de pastores y arquitectura tradicional.

- Campos de Hellín: variedad paisajística y cielo oscuro
Situada en el sureste de Albacete, esta comarca formada por Albatana, Fuenteálamo, Hellín, Ontur y Tobarra presenta una diversidad de paisajes: desde amplios valles cultivados con viñedos, olivares y frutales, hasta zonas montañosas y húmedas al sur, bañadas por los ríos Mundo y Segura.
Esta variedad se traduce también en distintos puntos de observación astronómica, desde llanuras despejadas hasta zonas más abruptas y agrestes.

- Monte Ibérico-Corredor de Almansa: patrimonio e historia a cielo abierto
Esta mancomunidad del sureste de Albacete, en la frontera con la Comunidad Valenciana, es uno de los principales corredores naturales de la Península. La historia ha dejado su huella en castillos como los de Almansa o Chinchilla de Montearagón, y en yacimientos íberos como el del Amarejo.
Todo ello se combina con un paisaje que va desde valles hasta sierras, generando contrastes que invitan tanto a la contemplación diurna como a la observación nocturna del firmamento.

- Mancha Júcar-Centro: horizontes infinitos y cielo puro
Al norte de Albacete, esta comarca comprende municipios como Villarrobledo, La Roda o Tarazona de la Mancha. Con una población cercana a los 60.000 habitantes y 1.967 km² de superficie, ofrece cielos despejados y horizontes abiertos ideales para la observación astronómica.
El valle del Júcar, las Hoces del Batanejo o los Cubillos —estructuras de piedra seca para pastores— son algunos de los enclaves donde se puede disfrutar del contacto directo con la naturaleza y con el cielo.

Estos diez enclaves de Castilla-La Mancha ofrecen condiciones excepcionales para observar el universo sin salir de la región. La certificación Starlight no solo garantiza la calidad del cielo nocturno, sino que promueve el respeto por el entorno y el desarrollo de un turismo sostenible que gana cada vez más adeptos.