― Publicidad ―

Advertisement
InicioCastilla-La ManchaNi el Tajo ni el Júcar: el río más largo que "nace...

Ni el Tajo ni el Júcar: el río más largo que «nace y muere» en C-LM empieza su recorrido en Cuenca

Castilla-La Mancha está atravesada por importantes ríos que desempeñan un papel esencial en su geografía, ecología y economía. Entre ellos, el río Tajo es el más largo que recorre la región, mientras que el Júcar es el más largo que nace en su territorio. Sin embargo, el río Cigüela ostenta una distinción singular: es el más largo que tanto nace como desemboca dentro de Castilla-La Mancha.

El Tajo y el Júcar: los grandes cursos fluviales

El río Tajo, con una longitud total de 1.007 kilómetros, es el río más largo de la península ibérica. Nace en los Montes Universales, en la provincia de Teruel (Aragón), y atraviesa Castilla-La Mancha a lo largo de las provincias de Guadalajara y Toledo, antes de continuar su curso hacia Portugal, donde desemboca en Lisboa. A su paso por la comunidad autónoma, el Tajo es fundamental para el abastecimiento de agua, la agricultura y la producción hidroeléctrica.

Por su parte, el río Júcar nace en la Sierra de Tragacete, en la provincia de Cuenca, y es el río más largo que tiene su origen en Castilla-La Mancha. Su recorrido, de aproximadamente 498 kilómetros, lo lleva hacia el este hasta desembocar en el mar Mediterráneo, en la provincia de Valencia. El Júcar también tiene una gran relevancia para el regadío y el equilibrio ecológico de las comarcas que atraviesa.

El Cigüela: un río castellanomanchego de principio a fin

A diferencia de los anteriores, el río Cigüela realiza todo su recorrido dentro de Castilla-La Mancha, lo que lo convierte en el más largo que nace y desemboca en esta comunidad autónoma. Tiene una longitud aproximada de 225 kilómetros y es un afluente importante del río Guadiana.

El Cigüela nace en la Sierra de Altomira, en la provincia de Cuenca, cerca del término municipal de Villar de Cañas. Desde allí, atraviesa una parte significativa del oeste de la región, pasando por municipios como Uclés, Tarancón, Horcajo de Santiago; y entra en la provincia de Toledo, antes de llegar a Ciudad Real, donde desemboca en el río Guadiana, en las inmediaciones del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

El río Cigüela es de vital importancia para este parque, ya que contribuye al mantenimiento del equilibrio hídrico de uno de los humedales más emblemáticos de España. A lo largo de su curso, el río recoge las aguas de varios afluentes menores, entre ellos el Záncara, que refuerzan su caudal en épocas de lluvias.

Un papel ecológico clave

A pesar de no ser un río de gran caudal, el Cigüela desempeña una función ecológica esencial, especialmente en el ecosistema de la Mancha Húmeda, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Su cuenca está condicionada por el clima seco de la región, lo que convierte a su flujo en un recurso muy sensible a la variabilidad climática y a la presión humana.

Con este perfil, el río Cigüela se consolida como un símbolo del patrimonio fluvial de Castilla-La Mancha, representando un caso singular entre los grandes ríos de la región por su carácter exclusivamente autonómico.