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Día Mundial de la Patata: cinco platos típicos de Castilla-La Mancha donde este tubérculo es protagonista

Cada 30 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Patata, un alimento humilde pero imprescindible en la dieta de muchas culturas. En Castilla-La Mancha, la patata ha sido base de la alimentación tradicional durante siglos, presente tanto en la cocina de subsistencia como en los menús de fiestas y celebraciones.

A continuación, se detallan cinco platos típicos de la región donde la patata es protagonista, incluyendo ingredientes básicos, curiosidades y recomendaciones sobre cómo disfrutarlos al máximo.

1. Gachas manchegas con patata

Las gachas, originarias del entorno rural, se cocinan con harina de almorta, ajos laminados, panceta o chorizo, pimentón y agua o caldo. En algunas zonas se les añade patata en dados, frita junto con la carne, lo que aporta una textura crujiente por fuera y cremosa por dentro.

Recomendación: Se comen directamente de la sartén, sin platos, y compartidas en grupo. Van muy bien acompañadas de encurtidos o uvas, como contraste refrescante al sabor graso. Un vino tinto joven de la tierra armoniza perfectamente con el plato.

Día Mundial de la Patata: cinco platos típicos de Castilla-La Mancha donde este tubérculo es protagonista

2. Atascaburras

Este plato invernal se prepara machacando patatas cocidas con bacalao desalado, aceite de oliva virgen extra y ajo. La textura debe ser cremosa pero con cuerpo. Se sirve templado, decorado con huevo duro y, si se desea, nueces troceadas.

Recomendación: Ideal para días fríos, se suele tomar como primer plato o como plato único, acompañado de pan candeal y aceitunas negras. Marida bien con un vino blanco seco o incluso con una cerveza artesanal suave, que ayude a equilibrar la untuosidad del aceite.

Torre de Gazate Airén
Día Mundial de la Patata: cinco platos típicos de Castilla-La Mancha donde este tubérculo es protagonista

3. Caldereta de cordero con patatas

La caldereta se cocina lentamente con cordero troceado, cebolla, ajo, tomate, laurel, vino blanco y pimientos. Las patatas se añaden chascadas, es decir, cortadas de forma que al romperse suelten almidón y espesen el guiso.

Recomendación: Plato ideal para comidas al aire libre, fiestas populares o jornadas de campo. Se suele acompañar con pan para mojar y ensalada de tomate o lechuga. Un vino tinto con crianza de la DO La Mancha o Valdepeñas es la opción perfecta para potenciar los sabores del guiso.

Lokinn
Día Mundial de la Patata: cinco platos típicos de Castilla-La Mancha donde este tubérculo es protagonista

4. Patatas al ajo cabañil

Las patatas, generalmente cortadas en rodajas o en bastones gruesos, se fríen en abundante aceite y luego se mezclan con una majada de ajo crudo, vinagre, sal y, en ocasiones, laurel o perejil. En otras variantes, se añade esta majada al aceite caliente para suavizar su intensidad.

Recomendación: Son una excelente guarnición para carnes a la plancha, sobre todo conejo o lomo de cerdo. También funcionan como tapa en bares tradicionales. Conviene servirlas recién hechas, acompañadas de un vino rosado fresco o una caña de cerveza.

5. Tiznao

En el tiznao, las patatas se asan (preferiblemente al rescoldo o en horno de leña) y se mezclan con bacalao desalado, pimientos secos asados, cebolla y ajo. Todo se adereza con aceite de oliva crudo, que intensifica el sabor del conjunto. Se puede servir templado o frío.

Recomendación: Es un plato que gana si se deja reposar unas horas antes de servir. Muy ligado a la Cuaresma, resulta perfecto como plato único, acompañado de pan y una copa de vino blanco afrutado. También combina bien con un vermut artesano para abrir el apetito.

Día Mundial de la Patata: cinco platos típicos de Castilla-La Mancha donde este tubérculo es protagonista
Tiznao Manchego

Estos cinco platos no solo reflejan la riqueza gastronómica de Castilla-La Mancha, sino también su historia y cultura. La patata, presente en cada receta con formas y matices distintos, demuestra su papel fundamental como alimento versátil, económico y nutritivo.

Celebrar su día es, en esencia, rendir homenaje a la cocina de siempre, la que se transmite de generación en generación y se adapta al paso del tiempo sin perder su esencia.