El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, replantear el acuerdo entre el PSC y ERC sobre la gestión fiscal en Cataluña, y ha propuesto en su lugar un nuevo modelo de financiación autonómica basado en un acuerdo «multilateral entre todas las comunidades autónomas». En una rueda de prensa posterior a la reunión mantenida en el Palacio de La Moncloa, García-Page subrayó la importancia de diseñar un sistema en el que “no haya regímenes especiales más allá de los que marca la Constitución”, poniendo de relieve la necesidad de evitar privilegios para una única región.
El presidente manchego fue contundente al señalar que este tipo de acuerdos específicos, como el que contempla mayores competencias fiscales para Cataluña, podrían generar tensiones no solo en las comunidades del régimen común, sino también en aquellas con sistemas fiscales diferenciados como el País Vasco y Navarra. «Una excepción puede ser entendible o no, pero no sería entendible tirar de la cuerda para que se rompa», afirmó García-Page, advirtiendo de las posibles consecuencias de permitir un acuerdo unilateral con Cataluña.
García-Page defendió que cualquier nuevo sistema de financiación autonómica debe ser negociado de manera «multilateral» y aseguró que Castilla-La Mancha no aceptará como punto de partida el documento firmado entre el PSC y ERC. «Ese documento no puede ser la base de negociación para la financiación autonómica de todas las comunidades», insistió, proponiendo en su lugar un acuerdo que surja del diálogo entre todas las regiones. En este sentido, subrayó que es importante reforzar los principios de equidad e igualdad en todo el territorio, advirtiendo que «la riqueza es nacional» y debe ser distribuida de manera justa.
Ley de armonización fiscal y cohesión territorial
Otro de los temas que García-Page puso sobre la mesa fue la necesidad de avanzar en una ley de armonización fiscal que ponga fin a la competencia desleal entre comunidades autónomas, conocida como «dumping fiscal». «La capacidad fiscal no lo es para 17 regímenes distintos», dijo, abogando por un sistema que evite que las comunidades compitan entre sí por atraer empresas o capital a través de exenciones o bonificaciones fiscales. Para el presidente manchego, la cohesión del país y la sostenibilidad del Estado del bienestar dependen de un sistema fiscal equilibrado que beneficie a todas las regiones de manera justa.
El agua: un conflicto territorial histórico
En la reunión con Sánchez, García-Page también abordó el espinoso tema del agua, una cuestión clave para Castilla-La Mancha y otras comunidades. El presidente regional insistió en la necesidad de revisar las normas que regulan el trasvase Tajo-Segura, exigiendo que se apliquen las nuevas reglas de explotación del trasvase acordadas en el Plan Hidrológico Nacional, que según él ya se encuentran “en tiempo de descuento”. García-Page advirtió que no es aceptable que el río Tajo siga siendo explotado en beneficio del Segura sin tener en cuenta los intereses y las necesidades de Castilla-La Mancha.
El presidente manchego criticó duramente las demandas de Murcia y Valencia para mantener los trasvases sin agotar antes las alternativas tecnológicas disponibles, como la desalación de agua. «Lo primero que tendría que plantearse en España es agotar toda la capacidad de desalación que ya tenemos instalada», afirmó, destacando que la tecnología de desalación, impulsada por energías renovables, es una solución de futuro para garantizar el suministro de agua. En este sentido, García-Page subrayó que es “insultante” que se siga planteando desviar agua de los ríos, como el Tajo, cuando existen alternativas más sostenibles y menos conflictivas.
Energía e infraestructuras: retos para el futuro
Otro de los temas tratados en la reunión fue la situación de la red eléctrica en España, un tema que García-Page considera clave para el desarrollo de Castilla-La Mancha y el conjunto del país. Según explicó, España necesita una «ampliación urgente» de su red eléctrica si quiere hacer frente al crecimiento de las energías renovables y al mismo tiempo permitir el desarrollo industrial en zonas rurales. García-Page advirtió que la falta de infraestructura eléctrica está frenando la implantación de nuevas empresas en la región, a pesar de que Castilla-La Mancha es una de las mayores productoras de energía renovable del país. “No se puede permitir que haya empresas paralizadas porque no tienen acceso a la red eléctrica”, insistió.
En cuanto a las infraestructuras de transporte, García-Page destacó la importancia de acelerar proyectos como la línea de alta velocidad hacia Talavera, Extremadura y Lisboa. Este proyecto, según el presidente, es esencial no solo para Castilla-La Mancha, sino también para equilibrar las infraestructuras entre el este y el oeste del país. “Es hoy por hoy el ejemplo más evidente de que las infraestructuras no han tratado por igual a todas las regiones”, denunció.
«No se trata de que todos tengamos más, sino de que ninguno tenga más que los demás»
La reunión entre García-Page y Sánchez fue cordial, pero no exenta de reivindicaciones claras por parte del presidente manchego. El tema de la financiación autonómica, que afecta directamente a todas las regiones, centró gran parte del encuentro. García-Page insistió en que cualquier acuerdo debe ser consensuado entre todas las comunidades y no basarse en privilegios para una sola región. «No se trata de que todos tengamos más, sino de que ninguno tenga más que los demás», afirmó con rotundidad.
Por último, el presidente de Castilla-La Mancha mostró su confianza en que el Gobierno central se comprometa a impulsar los acuerdos alcanzados en esta reunión, tanto en materia de financiación como en los temas del agua y las infraestructuras. «Espero sinceramente que de este documento se puedan ir dando buenas noticias», concluyó.