Aunque algunas de las marcas más emblemáticas de Cuba tienen una historia que se remonta a la década de 1840, los puros Montecristo son una incorporación más reciente al mundo de los puros cubanos. No fue hasta la década de 1930 que los Montecristo hicieron su debut en el escenario internacional, pero desde entonces han ascendido rápidamente hasta alcanzar la cima de la industria tabacalera.
Fue Alonso Menéndez quien quisó crear una marca de puros cubanos completamente nueva. Aunque la historia de estos puros no es tan larga la de otras marcas, más famosas, ellas no han conseguido restarle valor y hoy los puros Montecristo están considerados entre los mejores del mundo.
¿Cómo se producen los puros Montecristo?
Como puede adivinar, la calidad del tabaco de los puros desempeña un papel muy importante. Procede de la famosa región de Vuelta Abajo, donde el sustrato y el clima son favorables para el crecimiento del tabaco muy sabroso y equilibrado. La tecnologÃa de producción también es de vital importancia. Cada puro se enrolla a mano y luego se envejece durante un mes en salas de cedro.
Gracias a un marketing de alto nivel, los puros Montecristo han ganado gran popularidad en todo el mundo y ahora se producen en varias fábricas de Cuba – https://www.swisscubancigars.es/montecristo.
¿Cómo fumar el puro Montecristo?
La lÃnea de productos de Montecristo ofrece una variedad de tamaños y formas de puros, cada uno de los cuales brinda una versión única del distintivo carácter de Montecristo. Asà que primero hay que elegir qué puro es el mejor para la ocasión. Y los puros Montecristo sà que requieren una ocasión especial, que no son los puros ordinarios.
Estos puros saben muy bien si se combinan con licor, whisky, bourbon o tequila. Una combinación muy popular es el puro Montecristo con café.
¿Y cómo fumar un puro? El primer paso consiste en cortar el extremo del puro. Puedes utilizar un cortapuros o una hoja afilada para este propósito. Sin embargo, es importante no cortarlo demasiado, ya que esto podrÃa afectar su sabor. Una vez realizado el corte, llega el momento de encender el puro. La forma más recomendada de hacerlo es utilizando una cerilla de madera, ya que esto es más tradicional. En Cuba, es común ver a la gente con una pequeña cerilla en cada esquina.
Una vez encendido el puro, es necesario tostarlo. Esto se logra moviendo el puro en cÃrculos mientras se sopla suavemente sobre la llama. ¡Y finalmente llega el momento de disfrutar del puro! Es importante saborearlo en lugar de inhalar el humo. Además, se debe hacer con paciencia, apreciando cada momento.
