En pleno corazón de Albacete, en Villacerrada, se encuentra uno de los restaurantes con historia que conserva las recetas de la gastronomía castellanomanchega, pero con un toque actualizado y una buena presentación. Con 41 años de recuerdos entre sus paredes, el restaurante ‘Don Gil’ nació en 1982 como restaurante familiar, y ha ido evolucionando hasta convertirse en el salón que es hoy.
El menú está conformado principalmente por el recetario manchego, aunque con ciertas influencias mediterráneas que pueden apreciarse en sus arroces mediterráneo y campero. El restaurante apuesta por los productos de temporada y entre sus platos estrella podemos encontrar guisos, judías estofadas con perdiz, paletilla de lechal, IGP Cordero Manchego, bacalao al ajoarriero o gazpachos manchegos.
En general, se trata de una carta actualizada, con un hilo conductor y con productos de cercanía. A las recetas del local le acompañan también una carta de vinos basada en pequeños productores de Albacete y Castilla-La Mancha. En ocasiones, incluso a raíz de un buen vino son capaces de crear una nueva receta que lo armonice.
Su combinación y su buen hacer tanto en la cocina como en sala han logrado que el restaurante ‘Don Gil’ esté incluido en las recomendaciones de la Guia Michelin y la Guia Repsol, además de ser embajadores de la marca de ‘Raíz Culinaria’. Todo ello les sirve no solo para poner en valor el trabajo que realiza a diario el personal del restaurante y su apuesta por las recetas de la zona, sino también como “amplificador” para dar a conocer el negocio.
“Nos facilita el trabajo no solo a nosotros, sino también al turista, ya que tiene un recorrido sobre la historia de la zona y sobre las posibilidades gastronómicas”, ha afirmado el director y sumiller del restaurante, Juan Enrique Gil, quien defiende que “donde hay hostelería de calidad, también se consigue una clientela de calidad”.
Los visitantes de ‘Don Gil’ provienen no solo de Castilla-La Mancha, también de otras partes del país, como la zona del Levante, Asturias o Madrid. Todos ellos acuden al local pidiendo productos típicos y de la zona.
EL CAMINO DE ‘ESCALÓN A ESCALÓN’ DE JUAN ENRIQUE GIL
Juan Enrique Gil es albaceteño y lleva toda la vida vinculado al mundo de la hostelería. Diplomado en Empresas Turísticas, se formó en el Centro de Desarrollo Turístico de la Universidad de Alicante. En aquella época, empezó a realizar cursos sobre conocimiento de whisky, ron o catas. Fue allí donde comenzó a ‘plantar la semilla’ de su pasión por la sumillería.
Sin embargo, no fue hasta el año 2015 cuando se formó en la Escuela de Catas de Alicante e hizo un curso de la Cámara de Comercio. “Quedé alumno excelente de la promoción, obtuve una de las mejores notas”, ha afirmado. Escalón a escalón, su espíritu inquieto y sus ganas de aprender le llevaron a finalizar los cursos de la Escuela de Catas de WSET Nivel 2 y Nivel 3.
El pasado 13 de marzo, Juan Enrique Gil lograba el título de Mejor Sumiller de Castilla-La Mancha en el concurso celebrado en Vinícola de Castilla, y precisamente ha invertido el premio para matricularse en un curso de The Court of Master Sommeliers. “La formación es muy valiosa en hostelería porque es un mundo cambiante y hay muchos productos por conocer”, ha expresado.
Su participación en este tipo de competiciones no solo le sirven para obtener un reconocimiento, sino también para nutrirse de las personas que le rodean. “Sales de tu zona de confort y te das cuenta de que conoces a gente muy interesante, amplías tus miras y eres más ambicioso”, ha destacado Gil.
Para formarse en cualquier ámbito, el entorno en el que te rodeas es muy importante porque te permite aprender de los demás. Juan Enrique Gil ha ido subiendo escalones en el mundo de la sumillería, y en parte lo ha hecho gracias a conocer a personas como el sumiller Valentín Checa; Alex Pardo y la Gran Cru Academy; o Miguel Terol, sumiller del restaurante Beat de Calpe.
“La sumillería es un estilo de vida, abarca todo, desde que te levantas hasta que te acuestas”, afirma Gil, una disciplina que abarca “saber comportarte, moverte, expresarte, aprender, transmitir, compartir conocimientos, ser humilde, querer agradar a los demás y tener vocación de servicio”.
De momento, Juan Enrique Gil tiene un nuevo reto por delante, y es representar a Castilla-La Mancha (junto a su compañero Diego Ortega) en el concurso nacional de la UAES, en el que 40 sumilleres se enfrentarán por el título de Mejor Sumiller de España. Independientemente de los resultados, si hay algo que queda claro en la historia profesional del albaceteño, es que cada día sube un escalón más en este estilo de vida de excelencia.