Si las restricciones sanitarias por la pandemia no lo impidieran, hoy celebraríamos el Día de la Ciudad de Toledo, coincidente con la festividad de San Ildefonso, nuestro patrono. Como cada año, estaba previsto que el Ayuntamiento concediese sus Honores y Distinciones, que en esta ocasión se concretarían en la entrega de la Medalla de Oro al conjunto de la ciudadanía de la capital y un reconocimiento especial a medio centenar de colectivos, entidades y grupos sociales que en estos últimos meses han estando en primera línea defendiendo nuestra salud, cuidándonos y esforzándose para que el pulso de Toledo continuase latiendo.
El año pasado, durante ese acto solemne, decía que el nombre de Toledo evocaba arte, historia, cultura, patrimonio, valores, tolerancia, convivencia, respeto y también futuro, porque nosotros, las toledanas y toledanos, siempre hemos sabido mirar de frente hacia adelante. Hoy, doce meses después, no solo me reafirmo en esas consideraciones, sino que además añado que decir Toledo es, sobre todo, hablar de resiliencia, generosidad, responsabilidad y compromiso colectivo con el bien común.
La fortaleza de una ciudad como la nuestra, pilar imprescindible en la historia de España, radica en la tremenda voluntad de superación y afán de trabajo de sus vecinos. Desde que comenzó la alarma por el coronavirus el conjunto de la ciudadanía, en especial el colectivo sanitario, supo plantarle cara a lo que venía, sin saber muy bien qué era.
Resistir, se dice, no es intentar pelear contra todo a cualquier precio, sino sabiendo que puede confiarse en alguien más. Y en Toledo, puedo decirlo con orgullo, ese “alguien más” ha sido extenso. Como alcaldesa he tenido la oportunidad de conocer de cerca el esfuerzo y dedicación de muchos de esos protagonistas anónimos que nos han trasmitido el mensaje de que cada uno de nosotros no estaba solo. Esa capacidad de compromiso es una sólida garantía de confianza y esperanza para sortear nuestros miedos, incertidumbres y retos, como bien hemos podido comprobar, de nuevo, durante el reciente temporal de nieve, donde la labor de una mayoría de esos mismos colectivos está siendo esencial para recuperar la normalidad. De todo corazón, ¡gracias!
En este Día de la Ciudad recordamos, como no, a cuantos convecinos han perdido su vida a causa del coronavirus. Expreso, de nuevo, la solidaridad y el apoyo del Ayuntamiento de Toledo a sus familias, amigos y compañeros. Su muerte nos duele a todos. Vamos a recordarles con un monumento que pronto inauguraremos en la explanada anterior a la Estación de Autobuses y que estará materializado por una escultura cedida por Rafael Canogar a Toledo, su ciudad. Allí les tendremos siempre presentes.
Hace ya casi un mes se inició en toda España, también en Toledo, campaña de vacunación por la COVID. Es obligado aplaudir y valorar el esfuerzo que la ciencia ha realizado en muy poco tiempo para poner al servicio de la Humanidad tan trascendental avance. En tanto se alcanzan mayores índices de vacunación entre la población, la responsabilidad nos obliga a colaborar con las directrices que las autoridades sanitarias van tomando, siendo conscientes de que nuestra seguridad colectiva depende de cada uno de nosotros.
En este Día de la Ciudad, quedando emplazados para cuando podamos celebrar con seguridad y solemnidad nuestro tradicional acto de Honores y Distinciones, felicito a todos los toledanos y toledanas y os pido seguir unidos para conseguir doblegar esta amenaza y, con ello, recuperar cuantos abrazos y buenos ratos tenemos pendientes.