Al menos seis personas han sido confinadas en el pequeño municipio de Chera (Guadalajara), situado en la comarca de Molina de Aragón y donde en invierno habitan apenas una docena de personas, tras dar positivo en COVID-19 una joven pareja que acababa de llegar de Peníscola y que se había reunido para celebrar una comida de cumpleaños con amigos de este núcleo de población.
La pareja, que venía de vacaciones de Peníscola, fue a visitar a la familia al llegar al pueblo y tras una comida con amigos los dos empezaron a sentirse mal y decidieron bajar a Molina de Aragón a realizarse las pruebas. Con el positivo de ambos inmediatamente se tomaron medidas de confinamiento en el municipio.
Unas medidas que, según el alcalde, pasaron por poner la mascarilla como obligatoria siempre, prohibir las reuniones al margen de otras personas del ámbito familiar y el cierre del Centro Social del pueblo.
Además, el alcalde ha remitido un escrito a la empresa pública de Gestión Ambiental (Geacam) para pedir que procedan a la desinfección del pueblo, especialmente «de las zonas más críticas», ha dicho, tras insistir en que nada más conocerse los dos casos se adoptaron todas las precauciones posibles. Todos los amigos están confinados por el momento.
El alcalde ha explicado que también había pedido que se hicieran pruebas a todos los que mantuvieron contacto con esta pareja porque cree que hubiera sido la mejor opción para acabar con la situación, pero le han confirmado que si no se les han realizado las pruebas de PCR a los cuatro casos sospechosos ha sido por no pertenecer al centro de salud de Molina de Aragón.
El regidor está algo enfadado por una decisión que, a su juicio, hubiera podido resolver el problema, pero ha insistido en que, en todo caso, en Chera sí han adoptado medidas «estrictas de seguridad para la gente del pueblo», preocupado porque no entiende la decisión pese a manifestar que, «en principio parece ser que no hay más contagiados».
En Chera están censadas doce personas pero hay años en los que se juntan hasta 300. Sin embargo, el alcalde, tras esta circunstancia, ha pedido prudencia y en este momento muchos han preferido suspender su llegada al pueblo y ahora habrá «como mucho» unas 50 personas, ha puntualizado.