El consejero de Sanidad asegura que C-LM está preparada para la desescalada «con holgura» gracias a «habernos hecho fuertes intramuros»
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha avanzado este sábado que la Comunidad Autónoma ya ha desembolsado 152 millones de euros directamente a la lucha contra el avance del coronavirus.
En su intervención en el pleno extraordinario de las Cortes, García-Page ha detallado que el 50% por ciento de esta partida ha ido a parar a la compra de material, un 33% a la contratación de más de 4.300 profesionales sanitarios y un 15% a mejorar tecnología en centros hospitalarios.
Según ha dicho, una de las primeras medidas que adoptó su Gobierno fue la de desbloquear créditos y «no poner límite» para que la Consejería de Sanidad «gastara lo que tenga que gastar».
Ahora, «por prudencia», se mantendrán los puestos de trabajo creados a tenor de esta crisis, pensando sobre todo en los días de descanso y vacaciones que tendrá que tener la plantilla habitual.
«CAMPAÑAS ORGANIZADAS» SOBRE EL HOSPITAL DE TOLEDO
Sobre el nuevo hospital de Toledo, instalación que la oposición pidió abrir para afrontar la crisis sanitaria, ha lamentado que se hayan puesto en marcha «campañas organizadas» en redes sociales para alentar esta petición. «Es duro ver cómo hay gente que, a río revuelto, quiere sacar ventaja y generar debates y tensiones», ha apuntado. «No hay derecho».
Ha recordado que en Toledo –donde la apertura del nuevo hospital tendrá que aplazarse para «reorganizar» el sistema tras la crisis sanitaria– estaban el Hospital del Valle, el Virgen de la Salud, Parapléjicos y el Hospital privado de las Tres Culturas a disposición de la pandemia, y estas instalaciones no se han tenido que usar «ni en los momentos más duros».
En este punto, se ha referido al hospital de Albacete, centro sanitario que sufrió uno de los momentos más duros para defender la labor de sus responsables, para asegurar que nunca se dejó de atender a nadie por falta de medios y que el «criterio de atender dentro siempre era más seguro que hacerlo de manera precaria o improvisada».
García-Page ha destacado que en el hospital de Alcázar también hubo un «momento de apretón y apuro», al igual que en el hospital de Tomelloso, que vivió un «foco muy importante pero ha respondido de una manera extraordinaria», y ha explicado que en algunos centros hospitalarios de la región tuvieron que poner más camas, algunas de ellas las que se habían comprado para el nuevo hospital de la capital regional.
COMPRAS «DESENFRENADAS»
En este punto, se ha referido al material, por el que también ha pedido disculpas, para añadir que el Gobierno regional lo ha pasado «muy mal» en este punto, pese a que desde el primer momento se puso «desenfrenadamente a contratar» incluso por teléfono.
Ha relatado que «había confusión de lo que convenía y lo que no» e insistido en que lo pasaron «mal», aunque su actitud de trabajo siempre ha sido «comprar todo lo que se pueda».
Los primeros días, ha asegurado, fueron de «sensación de agobio para los profesionales y para nosotros mismos» faltara o no material, y ha indicado que, al margen de errores, la región tuvo la «suerte de que todo el material comprado estaba certificado, garantizado».
DE 30.000 RECETAS A MADRILEÑOS A 180.000
García-Page ha hablado del principio de la pandemia en la región y de la afección que la cercanía con Madrid ha tenido en la región. Como dato, ha revelado que en el mes de marzo las farmacias de Castilla-La Mancha han expedido 181.000 medicamentos a ciudadanos de Madrid, cuando en marzo del año pasado este dato se colocó en 30.000, seis veces menos.
Así, en los primeros días de la crisis antes de decretarse el estado de alarma, el cierre de colegios en la Comunidad de Madrid hizo que «un aluvión» de ciudadanos de la región vecina se desplazara a sus segundas residencias en Castilla-La Mancha.
«Seguro que el gobierno de Madrid pensaba que hacía lo mejor para su tierra, pero era un buen momento para pensar en la tierra de todos», ha lamentado, recordando que el Gobierno madrileño decidió cerrar colegios «sin el visto bueno del Ministerio de Sanidad».
LOS RESULTADOS EMPIEZAN A SER LOS «ESPERADOS»
El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, que ha iniciado a continuación su intervención visiblemente emocionado y recordando que siempre defenderá el juramento hipocrático en lo que atención de los pacientes se refiere, ha asumido que durante esta crisis se habrán cometido errores, «pero por lo menos no habremos mentido», arremetiendo así contra las informaciones falsas.
«Lo peor que nos ha pasado con este virus es que no teníamos herramientas ni siquiera para conocer cómo se iba a comportar, ahora sí estamos desarrollando herramientas» y, tras cuatro meses, se están conociendo los primeros estudios.
En este tiempo, ha añadido el consejero, la región ha construido «sobre la marcha» un «libro de instrucciones» para abordar la pandemia, destacando que se han creado «más de 30 normas», muchas de las cuales han tenido que ver con los propios profesionales de la sanidad.
Según ha explicado, la región ha realizado la gestión del pico del virus «de la mejor manera que sabíamos» y ahora –citando datos de este sábado– los resultados «empiezan a ser los esperados», teniendo en cuenta que la tasa de contagio de Castilla-La Mancha es del 0,55% y puede, ha opinado, que «los datos de los próximos días sea algo mejor».
Tras abundar en los procesos de compra de material y los problemas que supusieron cuando todo el mundo se lanzó a la compra, el titular de Sanidad castellanomanchego ha destacado que en la región, pese a que el virus llegó «de manera agresiva», estamos «preparados para la desescalada con holgura» y esto tiene que ver con «habernos hecho fuertes intramuros».
Finalmente, Fernández Sanz –que ha precisado, respecto al dato avanzado por García-Page, que «van a ser más los gastos»–, ha significado que la región además de en la recuperación está trabajando ya en el «después» del COVID-19.