martes, 12 noviembre, 2024

Llega a los juzgados un presunto caso de acoso escolar a un niño de 13 años en Albacete

El Juzgado de Instrucción número 2 de Albacete ha instruido diligencias previas por un presunto caso de acoso escolar a un niño de 13 años, tras la querella que interpuso su madre, María Trinidad Cantos Cebrián, el pasado mes de enero.

Tal y como esta madre recuerda en un comunicado, la querella la interpuso contra el colegio Compañía de María ‘La Enseñanza’ por «encubrir» este caso, que según señala, fue «probado y reconocido por escrito» por el propio centro.

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«Los hechos que resultan de las anteriores actuaciones presentan características que hacen presumir la posible existencia de un delito de acoso», tal y como se desprende en el auto de las diligencias previas del caso.

EL MENOR DEJÓ SU COLEGIO

Tal y como informó esta madre en un comunicado, el curso pasado su hijo sufrió acaso pero no se tomó «ninguna medida de protección» hacia el alumno ni se cumplió «la normativa vigente para estos casos». «El menor tuvo que dejar de asistir al centro por prescripción médica y finalmente ha decidido seguir sus estudios en otro centro», afirma esta madre.

Asimismo, explica como en el mes de abril denunció los hechos ante el centro, reconociendo este «el bullying que estaba sufriendo» su hijo y siendo la Comisión de Acoso del mismo la que elaboró un informe en el que se reconoce que «alumnos cometieron contra el alumno agredido agresiones verbales; maltrato psicológico con constantes burlas en relación al apelativo despectivo asignado por el grupo; aislamiento y deterioro provocado de relaciones sociales y exclusión social».

Este informe, según esta madre, también reconocía que estas conductas produjeron en el alumno acosado «un estado de ánimo alterado, un evidente descenso de autoestima y miedo por el hostigamiento repetido en el tiempo» ya que la presunta víctima fue «hostigado por el grupo de alumnos acosadores en una situación de inferioridad, produciéndose un desequilibrio de poder de la víctima que le impidió salir por ella misma de la situación».

Tras este informe, se denunció el caso al Servicio de Inspección y el inspector de zona reconoció a la madre que era «un caso grave de acoso escolar». Sin embargo, días después, desde el colegio comunicaron a la madre que habían decidido modificar su informe y «donde había un caso claro de acoso, dejaba de haberlo, pasando a ser un conflicto entre iguales, defendiendo más a los acosadores que a la víctima».

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