Ocho acusados de consumir y vender cocaína en las provincias de Ciudad Real y Toledo han aceptado este jueves la pena de tres años de cárcel para cada uno de ellos solicitada por el fiscal en la sesión final del juicio contra ellos, que ha quedado visto para sentencia en la Audiencia de Ciudad Real.
Este acuerdo se reflejará en la sentencia, en la que también se fijará la pena para otros dos acusados que no han pactado y que tendrán que esperar a la resolución del tribunal.
Estas dos personas son un taxista, ya jubilado, que fue detenido con un paquete con 150 gramos de cocaína en Alcázar de San Juan, para el que el fiscal ha pedido, en sus conclusiones finales, también tres años de cárcel, y otro hombre que fue arrestado par cultivar marihuana en su casa, para el que se piden dos años de prisión.
En principio, el fiscal pedía entre cinco y cuatro años de cárcel para todos ellos, menos para el detenido por cultivar marihuana, para el que solicitaba dos años y medio de prisión.
En esta causa, según ha dado a conocer este jueves el fiscal del caso, ha sido declarado en rebeldía este miércoles, dato que se supo antes de que se iniciara el juicio y se declarara abierta la primera sesión del juicio.
La operación policial se inició a mediados de 2013, al detectarse la venta de droga en un bar de Herencia (Ciudad Real) y se prolongó hasta julio de 2014, tras las correspondientes escuchas y registros que llevaron a las 11 detenciones.
En total se realizaron 18 registros y se desmantelaron 13 puntos de venta en Herencia, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Villarrubia de los Ojos, en la provincia de Ciudad Real, y Quintana de la Orden, en Toledo.