martes, 16 diciembre 2025

La calle más estrecha de C-LM está en Toledo: 86 centímetros en pleno Casco Histórico

Un adarve casi inadvertido entre Santo Tomé y sus comercios

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El Casco Histórico de Toledo es, para muchos visitantes, un escenario incomparable: un laberinto de calles medievales, patios escondidos y rincones que sorprenden incluso a quienes lo recorren con frecuencia. Entre su arquitectura única y sus calles empedradas, siempre queda algo nuevo por descubrir. En esta ocasión, ese descubrimiento nos lleva a uno de sus pasajes más discretos: el que podría ser la calle más estrecha de Castilla-La Mancha.

Determinar con exactitud cuál es la calle más estrecha de la región no es una tarea sencilla. Castilla-La Mancha cuenta con más de 900 municipios, muchos de ellos pequeños pueblos —e incluso algunos despoblados— que guardan rincones desconocidos para la mayoría. Para establecer un récord regional sería necesario medir calle a calle, un proceso complejo que explica por qué no existe un registro oficial.

A nivel internacional el récord lo ostenta la Spreuerhofstraße en Reutlingen (Alemania), con apenas 31 centímetros en su punto más angosto, según el Libro Guinness de los Récords. En España se considera que la más estrecha podría ser El Callejón de Urriés (Zaragoza), con 41 centímetros, pero en Castilla-La Mancha no existe un registro formal. Sin embargo, todo apunta a que el título podría recaer sobre el Callejón de la Soledad, un pasaje situado en plena capital toledana.

La calle más estrecha de C-LM está en Toledo: 86 centímetros en pleno Casco Histórico
Imagen: Google Maps

Este callejón sin salida, que fácilmente puede pasar desapercibido entre los comercios de la zona, destaca por sus reducidas dimensiones. La página Leyendas de Toledo detalla que mide aproximadamente 0,86 metros —una anchura que complica que dos personas puedan cruzarse— y que se trata de un pequeño adarve. Es decir, un antiguo pasillo de ronda construido sobre una muralla y protegido por un pretil almenado, empleado tradicionalmente para la vigilancia y la defensa.

Además de su particular estrechez, el callejón cuenta con una interesante trayectoria histórica. Según recoge la web Rutas por Toledo a pie, gestionada por guías oficiales, el pasaje no aparece en el callejero moderno, pero sí figuraba en documentos antiguos. Fue incluido en el Libro Vecindario de 1776, donde se especifica que daba acceso a cuatro casas, una de ellas vinculada al hospital del Refugio. Retrocediendo aún más, en 1561 era conocido como callejón de Maese Juan y albergaba a nueve vecinos, entre ellos un bachiller.

Hoy, el Callejón de la Soledad permanece casi oculto para quienes pasean por la zona sin fijarse demasiado. Un rincón mínimo, pero lleno de historia, que vuelve a demostrar que Toledo siempre tiene algo más que mostrar a quien decide adentrarse en su Casco Histórico.

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