martes, 4 noviembre 2025

Un estudio en Talavera demuestra que más del 40 % de niños españoles presenta pie pronado

Una condición también denominada 'pie plano'

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Un 45,1 por ciento de los niños y un 40,3 por ciento de las niñas entre seis y 12 años presenta pie pronado o muy pronado, una condición también denominada ‘pie plano’ que se caracteriza por una reducción del arco longitudinal interno y una desalineación, lo que puede afectar a la postura, la marcha y la función del pie.

Así lo revela un estudio transversal realizado con 654 escolares en Talavera de la Reina (Toledo). Los resultados, publicados en la Revista Española de Podología y difundidos durante el 53º Congreso Nacional de Podología, revelan que la edad y la hiperlaxitud son factores de riesgo en niños, mientras que en las niñas no se identificaron variables significativas.

«El pie pronado es una patología frecuente en la infancia y uno de los motivos de consulta más habituales en podología, por lo que el estudio pretendía identificar los factores que influyen en su aparición para mejorar la prevención y la detección temprana», ha explicado el podólogo Félix Marcos Tejedor, líder de la investigación junto a la profesional Inés Palomo Fernández.

El estudio ha revelado diferencias en función de la edad y el sexo, de forma que en los niños de seis a ocho años la prevalencia de pie pronado alcanzó el 52,8 por ciento, frente al 36,8 por ciento en las niñas. A medida que aumentaba la edad, la prevalencia disminuyó en niños, hasta el 31,7 por ciento en el grupo de 10 a 12 años, pero se mantuvo estable en las niñas.

Además, los análisis de regresión mostraron que la edad y la hiperlaxitud eran factores de riesgo en niños, mientras que el índice de masa corporal (IMC) no resultó determinante. «La hiperlaxitud significa que los ligamentos de las articulaciones son más flexibles de lo normal y, en el caso del pie, no consiguen sostener adecuadamente la bóveda plantar, lo que facilita el aplanamiento del arco», ha señalado Marcos.

Mientras, en las niñas no se observaron factores de riesgo significativos, algo que Inés Palomo ha achado al desarrollo óseo y muscular femenino, así como a factores hormonales y genéticos. «Este hallazgo abre nuevas líneas de investigación», ha destacado.

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DIAGNÓSTICO PRECOZ

Los investigadores han hecho hincapié en la importancia del diagnóstico temprano, ya que un pie pronado no corregido puede provocar dolores en pies, rodillas o espalda e, incluso, limitar la actividad física. Por ello, han instado a las familias a prestar atención a señales de alerta como dolor en pies o piernas, tropiezos frecuentes, desgaste interno del calzado o arcos plantares muy bajos que no mejoran con el tiempo.

No obstante, han precisado que no todos los menores necesitan tratamiento. «Muchos niños presentan pie pronado fisiológico que mejora con la edad. Pero en casos más severos o sintomáticos, la intervención con plantillas, ejercicios o un seguimiento podológico periódico puede prevenir complicaciones», ha detallado Palomo.

Los autores del trabajo han afirmado que van a continuar con la investigación. «Nuestro objetivo es dar continuidad con investigaciones longitudinales que sigan la evolución del pie durante el crecimiento y analicen la fuerza muscular implicada», ha señalado Palomo.

El estudio publicado se encuadra en la campaña de detección precoz del pie plano ‘Juega y pisa feliz’, desarrollada desde el Grado en Podología de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). La iniciativa revisó a cerca de 3.000 escolares de Talavera de la Reina y permitió recopilar una muestra amplia y representativa.

En el estudio participaron además los investigadores Laura Martín Casado, Sheila de Benito González, Alberto Aldana Caballero, Cristina Romero Ambrojo e Iván Baltasar Fernández, todos ellos docentes e investigadores vinculados al Grado en Podología de la UCLM.

Lokinn

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