No hace falta irse a Francia para disfrutar de la Provenza, de campos infinitos teñidos de morado y de olor a lavanda. Es una maravilla poder contemplar el espectáculo que ofrece la puesta de sol en los campos de lavanda de Brihuega. Es el mejor momento para poder visitarlos, ya que antes el sol y las altas temperaturas del verano hacen que se vean bellas plantaciones luzcan en sus mejores galas.
El color más asombroso se alcanza en el mes de julio, razón por la cual, en dicha época Brihuega realiza numerosas actividades en torno a la floración, denominado a este mes como el Mes de la Lavanda. La actividad que más destaca es el Festival de la Lavanda, celebrado este año el 13 y el 14 a las 9 de la noche.
Al crepúsculo los invitados se sientan entre los surcos y las flores de lavanda y se contempla la puesta del sol, cuando los colores brillan más incluso con los dorados del sol, comienza el concierto, en un ambiente mágico, este año de la mano Pitingo y Café Quijano.
Más tarde una cena picnic-buffet con los mejores manjares de la Alcarria bajo las estrellas, trayendo ecos de las antiguas recolectas, donde en los tiempos de descanso todos los agricultores se sentaban juntos a descansar. Solo se les pide a los invitados una única condición, el “Dress code” debe ser zapato cómodo y todos de blanco, para que el único contraste que existan sean las de las puesta de sol castellanas y los colores de la lavanda azul.
Y para descansar, te recomendamos Hospedería Princesa Elima, un hotelito con encanto, con habitaciones de inspiraciones árabes. Situado frente a los jardines de Carlos III y a cinco minutos de la plaza de Brihuega. De ambiente familiar cuenta con un restaurante para disfrutar de la gastronomía alcarreña.