El Congreso de los Diputados debatirá el martes, 11 de noviembre, la toma en consideración de la reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, tal y como consta en el orden del día del pleno de la Cámara baja. Será el primer punto de una sesión que arrancará a las 15.00 horas.
Defenderán este texto, el presidente del PP en Castilla-La Mancha y presidente del Grupo Parlamentario Popular, Paco Núñez; la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Ana Isabel Abengózar; y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Luego se abrirá debate con turno para los grupos parlamentarios y se votará.
El 29 de mayo de 2025, el Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaba la Proposición de Ley Socialista -pactada con el Grupo Popular- para reformar el Estatuto de Castilla-La Mancha. La iniciativa contaba con el respaldo de socialistas y ‘populares’ y la oposición de los cuatro diputados de Vox.
Con esta aprobación, la reforma del Estatuto culminaba su tramitación en el Parlamento autonómico e iniciaba una nueva fase de tramitación en las Cortes Generales en Madrid.
El 11 de junio, el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, entregaba una copia del Estatuto de Autonomía a la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, en un encuentro que simbolizó el registro allí de la propuesta de reforma del Estatuto, que es la sexta y más profunda que se lleva a cabo desde su aprobación inicial en 1982. Días más tarde, la Mesa del Congreso calificaba y admitía a trámite la iniciativa.
Tras la toma en consideración, puede abrirse un plazo de enmiendas en el Congreso y más tarde tener un paso por el Senado.
El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, en su momento, aseguró, que confiaba en que «las enmiendas enriquezcan el texto, pero no lo desvirtúen» y esperaba que «el clima crispado» de la política en Madrid no afecte a esta tramitación.
«Queremos contribuir a establecer un clima de cooperación y no de crispación» y aspira incluso a que se produzca el efecto contrario, que «este paso que damos con un acuerdo en Castilla-La mancha resulte contagioso y traiga a Madrid un clima más amable y de respeto».



