jueves, 21 noviembre, 2024

La tasa de accidentes laborales graves es un 37% más alta en la población inmigrante de C-LM

La tasa de accidentes laborales graves es un 37% más alta en la población inmigrante de C-LM

Los empleados inmigrantes de Castilla-La Mancha ostentan una tasa de accidentes graves «un 37,7 por ciento más alta» que la población autóctona –15,1 accidentes graves por cada 100.000 trabajadores castellano-manchegos frente a los 20,8 de inmigrantes– y un 16 por ciento mayor en el total de la tasa de accidentalidad laboral, que alcanza los 1.948,2 accidentes por cada 100.000 habitantes en la Comunidad Autónoma, la segunda más alta del país.

Así lo han puesto de manifiesto la secretaria regional de Salud Laboral y Política Institucional de CCOO, Raquel Payo, y el técnico de Empleo y Migraciones de CCOO, Hassen Rejbi, en una rueda de prensa en la que han analizado la siniestralidad en la región durante el primer semestre del año, que se ha saldado con 14 accidentes mortales y 91 graves.

«Es una tragedia, la de la accidentalidad laboral, que se ceba especialmente con la población inmigrante, que supone el 9 por ciento de la población afiliada a la Seguridad Social y más del 10 por ciento del índice total de accidentes», ha señalado Payo.

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En este sentido, la representante sindical ha confiado en que el Acuerdo Estratégico para la Prevención de Riesgos Laborales firmado recientemente en la región entre sindicatos, patronal y Gobierno autonómico «sirva como aliciente para mejorar las condiciones de trabajo en la región».

11.248 ACCIDENTES DE TRABAJO

Payo ha cifrado en 11.248 los accidentes registrados en situación laboral en Castilla-La Mancha durante el primer semestre del año, de los que 14 han sido mortales, 91 graves y el resto han sido accidentes leves. De ellos, el 27,6 por ciento han afectado a mujeres y el 72,4 por ciento a hombres.

Estos accidentes se deben, entre otros factores, a «la precariedad y la rotación en el empleo», ha asegurado Payo, que ha incidido en que «el deterioro de las condiciones de trabajo está detrás de esa tasa de accidentalidad».

Guadalajara y Toledo encabezan el ranking nacional de accidentalidad laboral y el sector más afectado por esta problemática continúa siendo el de servicios, que representa el 51 por ciento del total de los accidentes. Por su parte, el sector industrial alcanza el 22,29 por ciento, el de la construcción un 12,35 por ciento y el agrario un 10,14 por ciento.

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La secretaria regional de Salud Laboral y Política Institucional de CCOO ha destacado también que el 7,12 por ciento del total de los accidentes, «más de 800 personas», se produce ‘in itinere’, es decir, al ir o volver al lugar de trabajo.

En este sentido, Payo ha resaltado que este último supuesto es aún más relevante en el caso de las mujeres, que representan el 54 por ciento de este tipo de accidentes, pues «compatibilizan dos o tres centros de trabajo y, por lo tanto, tienen más accidentes ‘in itinere'».

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Hassen Rejbi, por su parte, ha incidido en las visitas que están realizando los técnicos del sindicato a poblaciones de la región donde se desarrollan labores agrícolas, desempeñadas en gran parte por temporeros, y ha denunciado la situación que sufren estos trabajadores en municipios como Cinco Casas (Cuenca) o Tomelloso (Ciudad Real).

«En Cinco Casas hay 20 personas viviendo en una casa en ruinas, con distintos peligros, durmiendo al sol o en un descampado. Es una situación infrahumana. Y en Tomelloso hay temporeros en naves abandonadas», ha denunciado Rejbi, sobre situaciones que han comprobado que se producen hace «unos 10 días».

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Por ello, ha señalado que en la reunión sobre Flujos Migratorios en la que han participado con la Delegación del Gobierno y distintas organizaciones agrarias, han solicitado «más medidas» para proteger a estos trabajadores como la disposición de albergues municipales o alojamiento por parte de los autónomos, así como «dar de alta en la Seguridad Social o mayor seguridad en el transporte».

Asimismo, ha puntualizado que el hecho de que los temporeros no sean dados de alta en la Seguridad Social hace que no se puedan contabilizar los datos de accidentalidad de una manera más precisa y «desaparezcan de las estadísticas».

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