Los servicios de Salud PĂșblica de la provincia de Toledo han llevado a cabo el control sanitario de un total de 199.040 piezas de caza durante la Ășltima temporada 2016-2017, que se centra principalmente entre los meses de octubre a febrero, con el fin de garantizar la seguridad e higiene alimentaria en el consumo humano de este tipo carne.
De todas estas 199.040 piezas de caza inspeccionadas por los controles oficiales en la provincia, 49.602 eran de caza mayor, en su mayorĂa ciervos (24.930) y jabalĂes (20.650); mientras 149.438 piezas eran de caza menor, siendo las mĂĄs numerosas perdices (111.675), seguido de conejos (8.849) y liebres (3.817), entre otras especies, ha informado la Junta en un comunicado.
Dichos controles se han realizado en los siete establecimientos de manipulaciĂłn de este tipo de carne existentes en la provincia de Toledo y las piezas provienen de monterĂas, aguardos, descastes y recechos realizados no sĂłlo en los cotos toledanos, sino tambiĂ©n en los de otras provincias y comunidades autĂłnomas que llegan a estos establecimientos para su consumo humano.
La directora provincial de Sanidad, MarĂa del Prado Carretero, ha explicado que estos controles sanitarios para asegurar la salubridad de la carne de caza que llega al consumidor, «tan apreciada por su calidad como por su alto valor nutritivo y que supone un sector muy importante en la provincia de Toledo», son llevados a cabo por los veterinarios oficiales de Salud PĂșblica y los veterinarios colaboradores autorizados por esta DirecciĂłn Provincial, siguiendo estrictamente tanto la regulaciĂłn regional como la marcada por la UE.
De esta forma, los veterinarios colaboradores son quienes se ocupan de realizar las inspecciones previas de las piezas abatidas, en los propios lugares de extracciĂłn de vĂsceras que existen en los cotos de caza de la provincia; ademĂĄs de documentarlas para su traslado al establecimiento de manipulaciĂłn de carne y, en caso de que alguna pieza vaya a ser consumida en el mismo lugar de la cacerĂa, se encargan tambiĂ©n de verificar si es apta para el consumo humano. Este autoconsumo en las zonas de cacerĂa apenas representa el 1% del total de la carne de cada temporada.
Una vez que las piezas llegan al establecimiento de manipulaciĂłn, son los veterinarios oficiales de Salud PĂșblica los que se encargan de comprobar la documentaciĂłn que acompaña a la partida, de inspeccionar las canales y de realizar anĂĄlisis para la detecciĂłn de enfermedades, sobre todo de triquinas en el caso de la carne de jabalĂ. Igualmente, controlan el proceso de despiece, envasado y expediciĂłn, y velan porque las instalaciones se mantengan dentro de las condiciones que exigen las normativas.
EXPORTACIĂN SOBRE TODO A EUROPA Y PIEZAS DECOMISADAS
La carne de caza de este sector de la provincia de Toledo se consume en todo el mercado nacional, aunque tambiĂ©n se exporta en su mayorĂa a paĂses europeos, como Alemania, Francia y los PaĂses Bajos, principalmente.
Las enfermedades mĂĄs comunes detectadas en los controles sanitarios son la tuberculosis y la triquinelosis en especies de caza mayor y de todas las piezas inspeccionadas en la provincia de Toledo, durante la pasada temporada 2016-2017, se decomisaron 120 jabalĂes con triquinelosis y 102 piezas con tuberculosis, entre jabalĂes, ciervos y otras especies.
Cuando se diagnosticada una enfermedad, las piezas son apartadas para proceder a su destrucciĂłn controlada y estas incidencias se comunican a la DirecciĂłn Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, asĂ como al titular del coto de procedencia, con el fin de emprender las acciones precisas que permitan disminuir estas tasas de prevalencia en la fauna silvestre, actuando sobre diversos factores.