El director de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, Antonio Luengo, ha tasado en 900 hectĂłmetros cĂșbicos la lĂĄmina mĂnima de agua necesaria en los embalses de cabecera del rĂo Tajo –Entrepeñas y BuendĂa– para entrar en una situaciĂłn de «normalidad», cuando en la actualidad cuenta con tres veces menos de agua embalsada, en el entorno de los 234 hectĂłmetros.
Reconociendo el descenso del nivel de lluvias, ha puesto el acento en que los Ășltimos tres meses han sido los mĂĄs secos desde 1900. «Pero soy optimista y pienso que lloverĂĄ, que nevarĂĄ y que remitirĂĄ la situaciĂłn», ha dicho, confiado en que en un par de meses las reservas puedan acercarse a los 400 hectĂłmetros cĂșbicos, lĂĄmina mĂnima establecida en el MemorĂĄndum firmado a cuatro bandas con los gobiernos de la RegiĂłn de Murcia, la Comunidad Valenciana y el Gobierno estatal cuando gobernaba el PP en Castilla-La Mancha.
En todo caso, ha puesto de relieve que esos 400 hectĂłmetros son «una lĂnea inservible e insuficiente» que sĂłlo basta para dejar los embalses en situaciĂłn de emergencia.
La normalidad pasa por un aporte vĂa lluvias de unos 750 hectĂłmetros anuales para los pantanos de cabecera, de los cuales «el 50% se van por el trasvase hacia el Levante», lo que hace «imposible» el poder mantener un nivel aceptable.
LOS MUNICIPIOS RIBEREĂOS PIERDEN DOS TERCIOS DE SU POBLACIĂN
Luengo ha puesto el foco en la fuerte pĂ©rdida de poblaciĂłn que a su juicio ha provocado el trasvase Tajo-Segura desde su puesta en funcionamiento, estimando que los municipios ribereños se han dejado hasta dos tercios de su poblaciĂłn en las cuatro Ășltimas dĂ©cadas.
La propuesta castellano-manchega, ha explicado, pasa ahora por cerrar filas entre todo el sector afectado para elaborar una postura comĂșn de cara a reclamar un Pacto Nacional del Agua.
«Nos estamos reuniendo con todos los sectores por confederaciones hidrogrĂĄficas para establecer un lĂmite mĂnimo de exigencias por debajo del cual no aceptaremos. No queremos seguir siendo la regiĂłn exportadora de agua y perder derechos con respecto a otras comunidades», ha indicado.
La idea es «que cada cuenca pueda ser autosuficiente y asumir su propio dĂ©ficit», algo de lo que Luengo estĂĄ seguro que conseguirĂĄn cuencas como las del Segura o el JĂșcar gracias a la desalaciĂłn.
«EN LEVANTE QUIEREN EL AGUA DEL DUERO»
Antonio Luengo ha considerado que los regantes levantinos «ya se estån dando cuenta de que no se pueden hacer mås trasvases» porque «son conscientes de que las perspectivas de que deje de haber agua sean altas».
Por ello, les ha invitado a «buscar alternativas» si quieren mantener su «elevada producciĂłn agrĂcola», ya que, de no conseguirlo, «pueden tener la problemĂĄtica de que sus ventas se acaben».
«Si son realistas, saben que no pueden estar en lucha permanente. Y por otro lado, me llegan noticias de que estĂĄn pretendiendo hacer un trasvase desde el Duero al Tajo, y esa polĂtica de trasvases no estĂĄ bien vista en la UniĂłn Europea», ha avisado.
En este punto, ha hecho referencia a la posibilidad de usar a mayor rendimiento las desaladoras, las cuales valora como «la posibilidad de futuro» para los regantes del Levante.