Un total de 330 estudiantes ciegos o con discapacidad visual cursarán este año los diferentes niveles educativos que ofertan los centros de enseñanza de Castilla-La Mancha, a los que reclaman una «accesibilidad total» en las nuevas tecnologías docentes de este curso 2017/2018 para que no queden «excluidos de algunas materias».
De los 330 alumnos, 67 comienzan la Educación Infantil, 79 están escolarizados en Educación Primaria, 45 han llegado a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), 17 cursan Bachillerato, otros 17 se preparan en la Formación Profesional, 25 se enfrentan a la universidad y 80 están inscritos en otro tipo de enseñanzas, según ha informado la ONCE en una nota de prensa.
Para cada nuevo curso, los servicios de producción bibliográfica de la ONCE trabajan intensamente para que el alumnado con ceguera pueda disponer, desde el primer día de clase, de los mismos libros de texto que sus compañeros, solo que transcritos al sistema braille o otro soporte, así como toda la documentación necesaria (apuntes y cualquier otra documentación de interés) en formato accesible.
Muchos de ellos cuentan además con tecnología de última generación –adaptaciones tecnológicas– facilitadas por la ONCE para seguir el curso en igualdad de condiciones: ordenadores con voz; anotadores y calculadoras parlantes; o impresoras en braille, entre otras.
En este sentido, la organización lanza cada año un mensaje a las administraciones y todos los implicados en el proceso curricular para que cualquier innovación tecnológica en el aula tenga siempre en cuenta la accesibilidad porque, de lo contrario, «puede dejar fuera» a estos estudiantes con discapacidad visual y «colocar frente a ellos barreras a veces insuperables». «Páginas webs, aplicaciones, libros y otros apoyos educativos deben cumplir la máxima de diseño para todos», señala la ONCE.
En el caso de los alumnos universitarios, además de los apoyos educativos específicos, la ONCE desarrolla también un programa de rehabilitación con el objetivo de dotar al alumno de una plena autonomía en la movilidad y orientación por los nuevos entornos. Una tarea que se desarrolla mediante la intervención de un técnico de rehabilitación, encargado de acompañar y enseñar al estudiante a desenvolverse sin ninguna dificultad.