El número de hectáreas encharcadas en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ha sufrido un «importante» descenso durante el verano pasando de unas 1.300 hectáreas encharcadas el pasado mes de junio a unas 500 en la actualidad.
Así se ha puesto de manifiesto este martes en la reunión del Patronato Rector del parque, en la que se ha analizado el informe de gestión del paraje natural.
La actual situación climatológica, con nulas lluvias y todavía altas temperaturas, no hacen previsible un cambio en la tendencia, no descartándose que haya de echar mano de los «sondeos de emergencia» como ya ha ocurrido en alguna ocasión en el pasado.
En todo caso, según estas fuentes, se supone que ahora debería empezar una época de lluvia, por lo que «se abre una época de mirar al cielo y cruzar los dedos«, con un plazo de tiempo que se fija hasta finales de febrero.
La desecación ha conllevado también una «menor capacidad de defensa de los peces», lo que ha conllevado el aumento de la presencia de aves que se alimentan de ellos, como las cigüeñas blancas y negras, llegando a contarse hasta 60 de esta segunda especie.
PROYECTOS
Por otro lado, en la reunión del Patronato Rector se han presentado más de una veintena de proyectos a la convocatoria abierta en su momento, que deberán ser clasificados por un comité de valoración antes de pasar a la Comisión Mixta de Gestión de Parques Nacionales de Castilla-La Mancha, antes de su aprobación definitiva por la Dirección General de Parques Nacionales.
Entre los proyectos presentados se encuentran la construcción de un punto limpio por parte del Ayuntamiento de Daimiel y la mejora de la red de suministro para evitar fugas presentada por el Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos.