miércoles, 17 diciembre 2025

Maniqueísmo, la nueva fe del siglo XXI

Artículo de Blanca Fernández Morena, Vicesecretaria general de la Ejecutiva Provincial del PSOE de Ciudad Real

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El maniqueísmo fue una antigua religión persa, fundada por Manes, en la cual solo cabía una interpretación dualista de la realidad y de la existencia. El Bien, representado por la Luz/Dios, y el Mal, representado por la Oscuridad/Materia, con indudables influencias platónicas. De manera que en la visión del mundo solo cabía una interpretación simple de las cosas, sin matices, absolutamente dogmática y tendente al autoritarismo; puesto que quien tenía acceso a la Verdad estaba legitimado para absolver o condenar las conductas ajenas.

Pues bien, por increíble que parezca, el maniqueísmo laico se ha puesto de moda, en pleno S.XXI, junto a su inseparable pareja la polarización. Para hacer justicia, y no sectarismo, reconozcamos que esto no afecta solo a un sector ideológico, aunque ciertamente la ultraderecha se nutre de ambos con mayor fruición y fe que nadie.

Pero hemos de reconocer que este tipo de actitudes son cada vez más abundantes también entre nosotros, las personas que nos decimos progresistas, y sí, probablemente es una reacción a la agresividad ajena, pero eso no nos exime de responsabilidad.

Así pues, en este contexto, hay que señalar al enemigo, léase: la “feminazi”, el “ilegal”, el “zurdo”, el “facha”, el negro, el homosexual, las tránsfobas, los traidores… y así, hasta el infinito en acusaciones y vetos cruzados que, primero, nos “deshumanizan” para, posteriormente, silenciarnos mutuamente. Eso en el mejor de los casos, porque muchas veces también sirve de base para humillaciones, insultos y vejaciones solo por ser “tal o cual cosa” definidos con una etiqueta que te ha puesto alguien y de la que, muchas veces, no eres consciente.

Así las cosas, y alimentados por cientos de algoritmos, los seres humanos nos movemos en las redes alimentándonos de nuestras propias ideas y desechando las demás. Porque los matices, la escucha o el cuestionamiento de determinados “dogmas” sirve para que alguien, en uno u otro sentido, se te tire a la yugular.

Personalmente vivo esto con desasosiego, porque tanto ruido y maniqueísmo nos está llevando al odio social que tantos desastres ha traído a lo largo de la historia de la humanidad. ¿Eso es lo que les espera a mis hijos? Me niego, y ya anuncio que voy a luchar contra esta tendencia, aunque me depare enemigos en los dos bandos en los que inexorablemente nos estamos colocando.

Que nadie confunda esta reflexión con equidistancia, porque soy una socialdemócrata convencida, sino con una manera de ver la vida más llena de colores y matices en la que cabemos todas las personas que respetamos a las demás personas, las demás deberán encontrar ahí su espacio y las recibiremos con los brazos abiertos.

Eso es en lo que creo, esa es mi fe.

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