La consejera de Igualdad, Sara Simón, se ha mostrado confiada en que la ley para reducir la brecha salarial en Castilla-La Mancha, que tramita el Ejecutivo regional, sea una realidad en 2026.
«Espero que a finales del año que viene podamos estar hablando de una ley aprobada. Desde luego, esta consejera, aunque no depende todo de ella, va a trabajar para que así sea», ha aseverado Simón, preguntada este viernes por dicha norma, antes de inaugurar en Toledo la jornada sobre la brecha salarial en Castilla-La Mancha, que ha acogido la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
Simón ha achacado el retraso en la aprobación de la norma -el presidente regional llegó a decir que estará aprobada a finales de este año-, al deseo de que sea «muy consensuada».
«Estuvimos trabajando en el mes de septiembre con diferentes grupos focales, donde hicieron muchas propuestas. Ya teníamos un primer borrador, que ahora están viendo también las diferentes consejerías, y es lo que tiene hacer una ley que sea transversal a todo el Gobierno, con tantas partes implicadas. Muchas veces eso también conlleva algunas dificultades o un mayor retraso».
«Preferimos hacer las cosas despacio, pero preferimos hacerlas bien. Espero y confío y, desde luego que vamos a trabajar en ello, para que a lo largo del año 2026 sea una realidad».
En este marco, ha señalado esta desigualdad «sigue siendo una de las principales injusticias que afectan a las mujeres», recordando que, aunque España se sitúa en torno al 15%, «quedan desafíos importantes».
No obstante, ha puesto el poco en que en Castilla-La Mancha, en la última década la región, esta brecha se ha reducido en cinco puntos, gracias al impulso de políticas de empleo femenino y al descenso sostenido de la tasa de paro de las mujeres.
De ahí que haya incidido en la necesidad de avanzar en corresponsabilidad, valorando la colaboración con la UCLM como «imprescindible para diseñar políticas basadas en el conocimiento y la investigación».
De su lado, la delegada del Rector para Políticas de Igualdad, María Encarnación Gil Pérez, ha indicado que los resultados de esta investigación ofrecen una visión precisa de la desigualdad retributiva en la región.
Y es que ha defendido que pese a los avances legales y a las mejoras observadas en los últimos años, la brecha salarial «sigue presente y exige medidas sostenidas».
Según informa la universidad, los resultados del informe que se ha presentado este viernes en Toledo y que se enmarca en las actividades desarrolladas por la Cátedra de Igualdad, fruto del convenio de colaboración con la Consejería del ramo del Gobierno regional, apuntan una diferencia media en torno al 15%, de tal modo que las mujeres perciben unos 22.000 euros anuales y los hombres cerca de 26.000 euros.
Gil ha explicado que esta desigualdad responde a factores diversos como la segregación sectorial, los tipos de contrato, la parcialidad, los horarios y el impacto de las tareas de cuidados, que continúan recayendo mayoritariamente en las mujeres.
Son las trabajadoras de los sectores de servicios, limpieza u hostelería las que presentan las diferencias más acusadas, debido a sus estructuras salariales y condiciones laborales, ha añadido.
No obstante, la delegada del Rector para Políticas de Igualdad ha puesto en valor que el estudio combina un enfoque económico y jurídico, lo que permite identificar los ámbitos en los que persisten los desequilibrios y proponer claves de mejora. «Nuestro trabajo es generar conocimiento y trasladarlo a instituciones y agentes sociales para orientar la toma de decisiones», afirmó.
Esta previsto que la jornada concluya con una entrega de premios que reconocen iniciativas de investigación, sensibilización y promoción de la igualdad en la comunidad universitaria, participan también la decana de Ciencias Jurídicas y Sociales, Alicia Valmaña Ochaíta; la directora de la Unidad de Igualdad y Diversidad, María Rodríguez Pérez, y la directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, Teresa López Tomé, entre otras autoridades académicas e institucionales.




