Argamasilla de Alba ha inaugurado este viernes sus primeras Jornadas de Historia Local, un encuentro profundamente emocional con las raíces, la identidad y la memoria compartida del pueblo. Un espacio para detener el tiempo y volver la mirada al pasado —con respeto, con curiosidad y, sobre todo, con orgullo— para comprender mejor quiénes fuimos, quiénes somos y hacia dónde queremos caminar.
El acto comenzó en el patio de la Casa de Medrano, con la acogida simbólica de un Miguel de Cervantes recreado para la ocasión, lo que ya marcó el carácter inmersivo y evocador de unas jornadas concebidas no como un acto académico distante, sino como un viaje vivo en el que historia, literatura y pueblo se confunden.
La concejala de Cultura, María José Díaz Carretón, abrió la cita agradeciendo la implicación de asociaciones, académicos, ponentes y vecinos, subrayando que Argamasilla “siempre ha sabido conservar su propia memoria, no como un recuerdo nostálgico, sino como una fuerza que forja el presente”.
Acto seguido tomó la palabra la alcaldesa, Sonia González, quien destacó la trascendencia de estas primeras jornadas “que nacen con vocación de continuidad”, y que surgen —dijo— “para reconocernos como pueblo, para recordar de dónde venimos y, desde ese conocimiento y ese orgullo, decidir juntos hacia dónde queremos ir”. Agradeció de forma especial a los recientemente reconocidos Académicos de Argamasilla, a quienes definió como “guardianes de la tradición cervantina”.
La programación continuó con una intensa lectura histórica que trasladó al público a una Argamasilla de principios del siglo XX, entre posadas, carreteros, casas antiguas y silencios manchegos al atardecer: un paisaje literario que emocionó a muchos de los asistentes por su realismo y su vigencia.
Posteriormente, se inauguró la exposición “El camino hacia la igualdad”, que incluye documentos originales relacionados con el derecho al voto femenino y con momentos clave de la historia social.
La jornada culminó con la presentación del libro “Un viaje por mi tierra. La ruta del Quijote en el siglo XXI”, del autor Bernardo Fernández-Pacheco Villegas, un recorrido literario, humano y profundamente reflexivo que revisita la Mancha con la mirada lenta de quien camina, escucha y comprende.
Pilar Serrano Sánchez introdujo la obra destacando su valor como “testimonio vivo de una tradición que no se visita, sino que se habita”; mientras que Tomás Fernández Arroyo aportó un emocionante relato personal sobre cómo la Ruta del Quijote y la propia Argamasilla de Alba han acompañado al autor durante más de cincuenta años de estudio y afecto.
El libro fue presentado no como un recuerdo del pasado, sino como una invitación contemporánea a recorrer la Mancha con ojos de viajero y no de turista, con el espíritu de quien busca comprender un territorio a través de su paisaje, su memoria y su gente. Argamasilla de Alba, punto cero de esa ruta literaria universal, quedó reafirmada una vez más como origen, destino y corazón cultural de la obra cervantina.