La Policía Nacional ha detenido en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) a una supuesta vidente por estafar más de 70.000 euros a una mujer residente en la localidad. La supuesta sanadora, quien ya contaba con numerosas denuncias previas por estafar a sus clientes ofreciendo consuelo y sanaciones milagrosas, captaba a las víctimas publicitándose en Internet para luego concertar citas consecutivas en las que requería nuevos pagos para continuar consolando a sus víctimas y finalizar los supuestos tratamientos.
Según ha informado la Policía, la denunciante atravesaba una delicada situación familiar y problemas personales graves, lo que derivó en una fuerte depresión durante la que contactó a través de Internet con la supuesta vidente.
Esta curandera se percató de la especial situación de vulnerabilidad de la mujer y, lejos de consolarla, le sugirió que padecía además un posible cáncer de pecho y un cáncer de útero, para cuyo tratamiento necesitaría nuevas sesiones por las que le facturaba miles de euros.
Finalmente, esta falsa vidente llegó incluso a coaccionar a la víctima para que continuasen los pagos, amenazándola tanto a ella como a sus familiares con que padecerían las consecuencias en caso de que no siguiera con su tratamiento. El temor que le hizo sentir a la víctima la llevó incluso a solicitar préstamos para continuar pagando con los costosos tratamientos.
EL TIMO DE LA FALSA VIDENTE O DEL SANTERO
Según la Policía, el timo de la falsa vidente o del santero Se trata de una elaborada estafa que, en sus versiones más modernas, hace uso de avanzadas técnicas ingeniería social para buscar y empatizar con personas que arrastran graves depresiones o problemas personales, ganarse su confianza y ofrecerles soluciones milagrosas a un elevado precio, logrando sustraer todo el patrimonio, además del de sus familiares más cercanos.
Los timadores cuentan en ocasiones con cómplices que los asisten para el reparto de folletos informativos en la vía pública o el buzoneo, para la captación de personas solitarias o vulnerables.
Esta modalidad de estafa se ha extendido a Internet y las redes sociales donde el timador y sus cómplices pueden desarrollar un potente sistema de captación de víctimas con anuncios o incluso páginas web en las que ofrecen soluciones milagrosas.
Además, una vez que se ha consumado la estafa, se pueden dar otro tipo de delitos aparejados al mismo hecho, tales como acoso, coacciones, amenazas o delitos contra la intimidad.