A tan solo media hora de Toledo se alza uno de los paisajes más espectaculares de Castilla-La Mancha y, sin duda, de toda España: las Barrancas de Castrejón y Calaña, en el municipio de Burujón. Sus impresionantes cortados rojizos, formados durante millones de años por la erosión del viento y las aguas del Tajo, han formado un paisaje que se ha comparado con El Gran Cañón de Colorado, en Estados Unidos.
Con una extensión de más de un kilómetro y paredes que superan en algunos puntos los 100 metros de altura, este monumento natural ofrece un espectáculo visual difícil de olvidar. El Pico del Cambrón, con 120 metros de altitud, se erige como el punto culminante desde el que se domina la majestuosidad del entorno.

Un santuario de naturaleza y vida
Más allá de la grandiosidad de sus formaciones geológicas, las Barrancas sorprenden por su biodiversidad. El visitante puede encontrar desde vegetación mediterránea —tomillo, romero, enebro o retama— hasta especies ligadas al entorno fluvial, como carrizos, tarayes o sauces.
En el plano faunístico, este enclave se convierte en un verdadero santuario de aves. Cigüeñas, garzas, patos y cormoranes conviven con rapaces de gran valor ecológico como el águila imperial ibérica, el halcón peregrino, el buitre negro o el búho real. Conejos, liebres y perdices completan el variado ecosistema de este paraje.
El Embalse de Castrejón, construido en 1967, añade un encanto adicional al paisaje y sirve de refugio a muchas de estas especies, convirtiendo el lugar en un punto clave para los amantes de la observación de aves.
Para descubrir todo su esplendor, el recorrido ideal es la Senda Ecológica de las Barrancas, un itinerario de 4 kilómetros que atraviesa el monumento natural y conduce a varios miradores estratégicos. Desde ellos, el horizonte de cortados rojizos se muestra en todo su esplendor, ofreciendo una experiencia que mezcla silencio, vértigo y belleza en estado puro.

Cómo llegar
El acceso es libre y puede realizarse en coche o bicicleta. El punto principal de entrada está en el kilómetro 24,5 de la carretera CM-4000 (Toledo-Talavera), donde el Ayuntamiento de Burujón dispone de un aparcamiento. También se puede acceder desde el kilómetro 26 de la misma vía, por una pista de tierra que conduce directamente a los miradores.
Con sus paisajes de vértigo, su riqueza natural y la huella milenaria de la erosión, las Barrancas de Burujón se alzan como un tesoro natural incomparable, un lugar que convierte a Toledo en guardián de un auténtico “Gran Cañón” a la española.