El municipio de Santa Olalla, en la provincia de Toledo, esconde una de las instalaciones más singulares de Starlink, el proyecto de internet satelital impulsado por Elon Musk. A simple vista, las grandes antenas blancas que se alzan en el terreno parecen bombillas gigantes, pero en realidad forman parte de la red de estaciones terrestres que permiten dar servicio de internet de alta velocidad a cualquier rincón del planeta.
Starlink nació como un proyecto de SpaceX con el objetivo de desplegar miles de satélites en órbita baja para llevar internet a zonas donde la conexión convencional apenas llega. Desde pueblos rurales hasta barcos en alta mar o aviones en pleno vuelo, el sistema promete conexión global con planes diseñados tanto para particulares como para empresas.
En España, hay cinco estaciones terrestres activas: Loeches (Madrid), Ibi (Alicante), Lepe (Huelva), Gelida (Barcelona) y Santa Olalla (Toledo). Estas instalaciones, conocidas como gateways, actúan como punto de enlace entre los satélites y la red de internet en tierra. Según explicó el Ayuntamiento de Santa Olalla en el momento de su anuncio, la llegada de esta infraestructura suponía “un salto hacia la tecnología de última generación que permite acceso a internet de alta velocidad en cualquier parte del mundo, incluso en la zona más remota”.

La ubicación de estas estaciones es estratégica, ya que permiten reducir la latencia y mejorar la calidad del servicio. Su función principal es garantizar que los usuarios en tierra puedan conectarse a la constelación de satélites en órbita.
El servicio, sin embargo, no está exento de críticas. En distintos foros de internet se señala el alto coste de instalación y las tarifas mensuales como una de sus principales desventajas. También se mencionan problemas de inestabilidad en condiciones climáticas adversas y una latencia más alta que la fibra óptica, lo que puede afectar a usos como los videojuegos en línea o las videollamadas.
Pese a ello, la utilidad de Starlink quedó demostrada en un momento clave. Tal y como informó La Vanguardia, durante el gran apagón del pasado 28 de abril, en el que las redes de fibra y telefonía móvil dejaron de funcionar en todo el país, los usuarios de Starlink fueron de los pocos que se mantuvieron conectados. El servicio de internet satelital de Elon Musk siguió ofreciendo conexión de alta velocidad durante toda la jornada, convirtiéndose en una alternativa real en situaciones de emergencia.
Santa Olalla, por tanto, guarda un papel discreto pero esencial dentro de este proyecto global. Bajo la apariencia de “bombillas gigantes”, la localidad toledana forma parte de la red que conecta el cielo con la tierra para garantizar internet en cualquier parte del planeta.