El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha llegado este sábado 5 de julio al Comité Federal del PSOE con un mensaje claro y contundente: el partido debe ofrecer “salidas políticas” a la grave situación que atraviesa tras los últimos escándalos, en lo que ha calificado como “la crisis más seria en términos de corrupción orgánica en toda la democracia”.
A su llegada a la sede del PSOE en la calle Ferraz, y entre gritos de grupos de extrema derecha y simpatizantes socialistas, García-Page ha lamentado que “la derecha no está en condición de dar ningún tipo de lecciones y menos aún de corrupción al Partido Socialista”. No obstante, ha subrayado que el PSOE no puede conformarse con “contener un poco menos que el Partido Popular”: “La corrupción no se mide al peso”.
En sus declaraciones a la prensa, el líder castellanomanchego ha insistido en que “la izquierda ha tenido siempre más intolerancia social hacia la corrupción que la derecha, y eso nos honra”. Desde esa premisa, ha reclamado un ejercicio de responsabilidad por parte de la dirección federal: “Yo vengo a escuchar salidas, y hablo de salidas políticas al proyecto que fundó Pablo Iglesias. La dirección tiene que entender que si no ofrece salidas, forma parte del problema”.
García-Page ha abogado por pensar más allá del presente inmediato del partido: “Hay que pensar en el PSOE de hoy, pero también en el de mañana y en el de pasado mañana. Es un momento para tener altura política y recordar que las siglas y la historia del partido son mucho más importantes que sus dirigentes”.
Sobre la polémica en torno a Francisco Salazar, sobre el que pesan denuncias por comportamiento inapropiado, el presidente regional ha dicho que se enteró “sobre la marcha” tanto de su posible nombramiento como de su retirada: “Me he enterado antes de llegar de que ya tampoco está”. Ha denunciado, en tono crítico, la falta de información interna: “De casi todo nos enteramos por los medios. De la carta del presidente, de los nombramientos, de las decisiones… todo nos llega desde fuera”.
Para concluir, García-Page ha dejado clara su postura ante la gravedad del momento: “Hoy vamos a tomar decisiones de orden más doméstico, pero la envergadura del problema es infinitamente mayor que lo que podamos hablar aquí. Me importa sobre todo salir con la certeza de que no hay más, de que esta situación se ha acabado. Porque si lo que viene después es peor, es que no hemos entendido nada”.
