La 27ª edición del Festival Sonorama en Aranda de Duero será recordada por la aparición sorpresa de Supersubmarina en La Plaza del Trigo, donde se llevaron una gran ovación por parte de un público entregado, que cantó una de sus canciones más conocidas, cuyo nombre coincide con el de la banda. Fue un momento emocionante, que quedará en la historia del festival y en la memoria de los que allí estuvimos presentes.
Unos minutos antes, José «Chino» y Jaime, la mitad de los componentes del grupo, presentaron junto al periodista y escritor Fernando Navarro la novela que cuenta su historia, «Algo que sirva como luz», desde los inicios de su amistad, cuando eran niños, hasta el fatídico día de su accidente y la recuperación que han llevado a cabo para superar las secuelas.
Luz Casal y Hombres G
Dos de los grandes reclamos de la edición de este año han sido Luz Casal y Hombres G, quienes llenaron de público la explanada de los escenarios principales. La gallega se presentó el jueves, pistola de agua en mano, haciendo un guiño, que fue muy aplaudido, a un clásico de los conciertos celebrados en La Plaza del Trigo por las mañanas. Luz iluminó Aranda con su magnífica voz rota, inconfundible y única, repasando sus temas más conocidos, que hicieron las delicias del respetable.
El sábado fue el turno de Hombres G, probablemente el concierto más multitudinario en cuanto a público. El cuarteto, liderado por David Summers, cumple 42 años sobre los escenarios y nunca había actuado en el Sonorama hasta este año. Y es que todos los músicos, bandas y artistas quieren estar en las tablas arandinas. Fue una hora llena de éxitos: «Voy a pasármelo bien», «Marta tiene un marcapasos» y el mítico «Sufre mamón», cantados por el público joven y más veterano. El grupo, aún sin excesivas florituras en el escenario, disfrutó de lo lindo haciendo su música y sus canciones. Gran espectáculo de Rafa, Daniel y Javier, junto al mencionado Summers; otro gran show que nos regaló el Sonorama.
El concierto de Veintiuno
Minutos antes de debutar en el escenario principal del festival, entre los técnicos y la «crew» de la banda toledana, se notaba la tensión; parecía que algo no iba bien. Pero justo a tiempo, cuando empezaron a sonar los primeros acordes de «La ruina», todo empezó a funcionar como debía, y probablemente dieron uno de los mejores conciertos del festival, con un bonito atardecer de fondo. Están en un gran momento, y con «Arte de perder», su último disco, se ganaron a pulso subir a uno de los dos escenarios principales. Contaron con diversas colaboraciones, como Quequé y Dani Fernández, que también salieron a cantar la última canción del set, «La vida moderna», junto a Despistaos y Gabi de Sexy Zebras, haciendo un final multitudinario y apoteósico.
Dani Fernández y Rozalén
Dentro de los grandes artistas que pasaron por el festival, están estos dos grandes cantantes, que, además, son manchegos. Ofrecieron dos grandes espectáculos. Dani, como siempre, derrochó energía a raudales con su voz desgarradora y nos dio una sorpresa mayúscula invitando al escenario a Jaime, el guitarrista de Supersubmarina, para que tocase junto a él su versión del tema homónimo de los de Baeza. Los móviles se encendieron por miles para grabar el momento.
La albaceteña Rozalén subió al escenario «Ribera del Duero» notablemente emocionada ante tantos espectadores que la esperaban con muchas ganas, y no dejó de emocionarse en muchos momentos de su show. Con su inseparable compañera Beatriz Romero, que interpreta todo el concierto en lengua de signos, deleitó al público con sus canciones basadas en sus raíces manchegas, y bajó a cantar entre el público su «Puerta violeta», generando un momento íntimo y precioso ante los asistentes.
Shinova toca en casa
Shinova fue otro de los conciertos más destacados, y es que la banda vitoriana juega en casa. Sonorama es su hogar, y ellos suben al escenario con un extra de motivación, aunque no les hace falta porque nunca defraudan. Son una banda con un directo tremendo y presentaron su disco «El presente», que cuenta con varios temazos. Me quedo, siempre, con «Berlín» y «No cambiaría nada»; además, no faltó «La sonrisa intacta» y «Qué casualidad» entre muchos otros hits con los que ya cuenta el grupo.
Más conciertos en los escenarios principales
Rayden, Mikel Izal (que debutaba en solitario), Sexy Zebras, Varry Brava, La Casa Azul, Burning y Despistaos también fueron de lo más destacado que subió a los escenarios principales durante la celebración del festival.
Hacemos un pequeño aparte con Rayden, que dedicó unas bonitas palabras a los fotógrafos de los conciertos y nos invitó a quedarnos en el foso durante toda su actuación. Así que, MUCHAS GRACIAS por acordarte del gremio. Y, cómo no, a los explosivos Sexy Zebras y Varry Brava; sus conciertos son pura energía y alegría. Por muy cansado que estés y muchas horas que lleves de festival, siempre son un disfrute.
Emergentes
Dentro del festival, hay dos escenarios algo más pequeños para esos grupos que están empezando, en muchos casos, y que son denominados por la escena como emergentes. Por estos escenarios, llamados «Tierra de Sabor» y «AFMCYL», pasaron «Niña Polaca» y «Delaporte», que están a punto de conseguir cotas más altas y subirse a los anhelados escenarios principales, aunque en muchas ocasiones no hacen falta para triunfar y llenar, como es su caso. También pasaron por allí, y desde aquí recomendamos su escucha: La Sonrisa de Julia, Queralt Lahoz, Lia Kali, Paula Mattheus, Comandante Twin, Carmesí y Valeria Castro, entre muchos otros.
La Plaza del Trigo
Este pequeño espacio, llamado «Plaza del Trigo», es sin duda el gran trampolín para las bandas del denominado indie español, y probablemente uno de los sitios más icónicos donde todo el mundo quiere actuar. Todos los días, desde las 12:00 del mediodía, hay conciertos de bandas emergentes y a las 15:00 siempre hay un concierto sorpresa. Esta vez, los conciertos sorpresa de los cuatro días del festival han corrido a cargo de Niños Mutantes, que anunciaron su retirada hace unos meses; Pignoise, la banda del conocido exfutbolista Álvaro Benito; OBK y Sidecars. Además, destacamos el concierto de Andreew, artista venezolano que alternó sus canciones con algunos de los temas más conocidos de Lori Meyers, Vetusta Morla y los propios Supersubmarina. También subrayamos los bolos de Karavana y de Carmen 113, que muy pronto alcanzarán cotas más altas.
Además de todo lo mencionado, la Plaza del Trigo es conocida por sus «guerras» de pistolas de agua, acompañadas cada cierto tiempo por el «riego», con mangueras de protección civil al público asistente para que aguante el calor. Aunque estemos en la provincia de Burgos, los mediodías también son calurosos. Y si te entra hambre, y puedes moverte por la abarrotada plaza y calles de alrededor, es buena hora para ir a alguno de los bares de la zona a tomar un «cachi» de croquetas.
Los conciertos accesibles
El Sonorama Ribera es, probablemente, uno de los mejores festivales del mundo, entre otras cosas por detalles como el de programar conciertos accesibles, con la ayuda de la fundación «Music for All». Cuentan con muchos servicios que ayudan a que todo el mundo pueda disfrutar de los conciertos, como plataformas de visión preferente para personas de movilidad reducida, cartelería adaptada e incluso, en numerosos conciertos, cuentan con subtitulado en las pantallas gigantes e interpretación en lengua de signos. Sin duda, una gran apuesta por la accesibilidad que queremos destacar.
Y por si esto fuera poco, cuentan también con conciertos matinales para los más pequeños de la casa, en su conocido escenario Sonorama Ribera Baby.
Además de otras actividades alternativas, como el «Sonorama también se escribe», donde se presentan libros en el Museo de Arte Sacro de San Juan.
El mejor festival con creces
Por la música y por el gran número de actividades paralelas en diferentes escenarios repartidos por toda la localidad, este festival, creado por unos amigos que siguen siendo familia 27 ediciones después, es el mejor festival del país. Cuenta con grandes alicientes y una organización de 10. Esperamos con ganas la edición de 2025, porque «la vida es eso que pasa entre Sonorama y Sonorama».