Porque si hay una velada de verano perfecta, ésta sin duda incluye una botella de buen vino y un cielo estrellado limpio, inmenso y silencioso. ¿Pero quedan lugares asà alejados del ruido? Quedan. ¡En la Ruta del Vino de La Mancha!
La escasez de contaminación lumÃnica, la inmensidad de la llanura y la cantidad de escenarios llenos de historia y ajenos a la masificación hacen de la Ruta del Vino de La Mancha, uno de los mejores lugares en la Tierra del Quijote para los amantes del stargazing. Aquà tienes las coordenadas exactas de ocho de los enclaves más increÃbles para disfrutar de una noche perfecta bajo una lluvia de perseidas en La Mancha. Si encima te coincide luna llena, prepárate para tu best plan ever. A tu alrededor, molinos del siglo XVI, ermitas y el mayor viñedo del mundo.
Villarrobledo: certificación Starlight. Lluvia de perseidas sobre tinajas milenarias
Si hay algo que garantiza un cielo estrellado de pelÃcula es la certificación Starlight y Villarrobledo puede presumir de ella. ¿Pero qué quiere decir exactamente? Quiere decir, PLANAZO al aire libre y cielos especialmente aptos para la observación astronómica.
Puntos de observatorio hay varios, como el camping del Viña Rock, desde donde parten las expediciones de la Asociación Astronómica Villarrobledo. El lugar perfecto para los que no quieren desplazarse, pues ofrece vistas de la eclÃptica, con la que poder entender el movimiento de la Luna y los planetas. Una auténtica maravilla para los que se inician en esto del stargazing.
Pero si la idea es lanzarse a una auténtica inmersión entre cuerpos celestes, entonces el plan está en Ventas de Alcolea, a unos 16 kilómetros de Villarrobledo, donde poder disfrutar de las observaciones del cielo ‘profundo’. La oscuridad que se vierte sobre este lugar hace de la experiencia un lugar mágico en el que se pueden ver brillar cúmulos, galaxias y nebulosas.
Para las almas más aventureras, el tip es sencillo: cuanto más hacia el sur, mejores cielos estrellados sobre chozos o viñedos. La agenda la pone la naturaleza: en torno al 13 de agosto, coincidiendo con la Feria de Villarrobledo, tiene lugar la lluvia de estrellas; los verdaderos fuegos artificiales de la Ruta del Vino de La Mancha. El 14 de septiembre, el plan viene promovido por la NASA: el International Observe the Moon Night. Una ocasión ideal para venir a conocer el arte con el que se elaboran las tinajas de barro más grandes del mundo y participar de la vendimia en el mayor viñedo de Europa. Más información: https://www.
El Toboso: las ruinas de una ermita envueltas en estrellas en tierra del Quijote
Cualquiera que se haya acercado a El Toboso conoce cuán especial es este lugar. Sus calles te cuentan su historia y su gastronomÃa te transporta a otra época. Sus vinos, a otro lugar. Si le sumas las ruinas de una ermita del siglo XVI, de estilo renacentista, la experiencia sube de nivel.
Lo que queda de la ermita de Santa Ana, a mitad de camino entre El Toboso y Campo de Criptana, es el escenario perfecto para dejarse llevar por la oscuridad manchega. En este punto de la Ruta del Vino de La Mancha es caer el sol y encenderse millones de luceros que hacen de los alrededores de El Toboso un lugar realmente único. Un poco de queso manchego, unas copas de vino y, sobre el viajero, la inmensidad de un cielo plagado de estrellas y muchos deseos.
Campo de Criptana: en la oscuridad solo molinos y constelaciones
El Barrio del AlbaicÃn de Campo de Criptana y su Sierra de los Molinos es uno de esos lugares a los que volver una y otra vez. Los molinos de viento atrapan al viajero que, si además busca gastronomÃa y buen vino, tiene garantÃa de éxito en esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha.
Al atardecer, nada parece superar los colores de los cielos manchegos entre los Gigantes o sobre la ermita de la Virgen de Criptana, pero es caer el sol y aparecer el cielo estrellado más impresionante. Si eres un enamorado de los molinos, tienes que verlos bajo una lluvia de estrellas. Las rutas ‘Criptana bajo las estrellas’ (gratuitas-previa inscripción) que ha puesto en marcha el municipio son el plan perfecto para ser testigo de los mejores paisajes nocturnos. El 6 de julio, 3 de agosto y el 7 de septiembre, puedes además ver una molienda a la luz de la luna. Más información https://tierradegigantes.es/
Socuéllamos: las Lágrimas de San Lorenzo sobre la Patria del Vino
La Patria del Vino es un lugar privilegiado para la observación de los cielos en verano, sobre todo en julio y agosto, cuando las luces viajan fugaces sobre los viñedos teñidos de envero.
El Paraje de Titos o la Casa de la Torre son dos de los mejores lugares para deleitarse con este espectáculo y, si además tu visita a esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha, coincide con la Feria en honor al Cristo de la Vega (13 de agosto), entonces podrás combinar tradición, gastronomÃa manchega y los mejores vinos, con una de las grandes citas marcadas en el calendario del astroturismo: la Noche de las Lágrimas de San Lorenzo.
Pedro Muñoz: viñedos y humedales bajo un cielo estrellado
En la Cuna del Mayo Manchego, el mejor lugar para disfrutar de las estrellas es el paraje de la ermita de San Isidro, lugar emblemático junto a la laguna de Navalafuente. Rodeado de viñedos y humedales, se trata de un escenario privilegiado para disfrutar del cielo nocturno de la Mancha. Admirar las constelaciones con una buena copa de vino pedroteño, sobre la Laguna del Pueblo o el yacimiento arqueológico del Cerro de las Nieves, de más de 3.000 años de antigüedad y origen de Pedro Muñoz, es la mejor manera de maridar enoturismo y astroturismo.
Tomelloso: la ‘Ciudad de los Bombos’ iluminada de estrellas
Mejor Municipio EnoturÃstico 2022, Tomelloso es una alternativa perfecta si lo que buscas es empaparte de cultura del vino (el 26 de agosto es su XI Fiesta del Vino), al mismo tiempo que combinas un poco de city, con la tranquilidad de un entorno natural encantador.
La Ruta de Los Bombos que atraviesa el campo tomellosero es un paseo entre campos de cereal, viñedos y una vasta llanura en la que dejarse sorprender por la belleza de estas construcciones de piedra seca que llevan dando carácter a esta tierra desde el siglo XV. Dejar que la noche caiga en medio del silencio e imaginar la soledad de los pastores y cultivadores de vid, que pasaban la noche en estos refugios sin más vigÃas que los miles de estrellas que le daban luz, es una experiencia que solo se puede vivir en la Ruta del Vino de La Mancha.
El Provencio: rozar el firmamento desde la almena de un castillo
Pocos rincones son tan bucólicos como el Castillo de Santiago de la Torre, en El Provencio. Esta fortaleza del siglo XV, alejada de núcleos urbanos, es un lugar ideal para disfrutar del silencio y la inmensidad del cielo cuando cae la noche sobre La Mancha. Los trabajos de restauración que se han llevado a cabo en este enclave, permiten además al viajero subirse hasta lo alto de una de las almenas del castillo para poder disfrutar del paisaje en toda su plenitud. La idea de ver las estrellas rozar el suelo se hace realidad en este punto de la Ruta del Vino de La Mancha.
Argamasilla de Alba y su Castillo de Peñarroya: leyendas bajo el cielo de Cervantes
La historia cuenta que, a finales del siglo XII, las tropas cristianas recuperaron el castillo de Peñarroya y encontraron la imagen de la Virgen, patrona de Argamasilla de Alba. Desde entonces, una estrella comenzó a brillar con más fuerza iluminando este paraje. ¿Qué mejor plan que venir a encontrarla? Sobre la fortaleza, sede de los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, circulan además misterios de tesoros escondidos a las puertas del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, asà que acercarse hasta aquà es un plan lleno de alicientes para todos.
Lo que un dÃa fue escenario de contiendas y batallas hoy es refugio para los amantes del slowlife y el stargazing. Desde hace siglos, la astronomÃa y El Quijote van de la mano en este lugar que despertó el interés de Cervantes, quien dedicó varios capÃtulos a hablar de la magia de las estrellas en la Ruta del Vino de La Mancha. Acercarse a descubrir los cielos que ocupan lugar en la gran obra del Siglo de Oro, es el mejor plan para una escapada fugaz de verano.