Cerca del 30 % del territorio español está bajo algún tipo de figura de protección, y para gestionar esos espacios y lograr un «futuro mejor» es necesario un trabajo de «colaboración entre diferentes entidades» públicas y privadas, asegura el director de Nuestros Espacio Protegidos, Ignacio Jiménez, durante una visita al Alto Tajo.
Jiménez explica que el Alto Tajo es una de las mayores zonas verdes en Europa, con una diversidad de hábitats tanto de montaña como de formaciones geológicas y una gran extensión de zonas fluviales que alberga dos parques naturales, el Alto Tajo y la SerranÃa de Cuenca, un área que abarca más de 180.000 hectáreas.
Nuestros Espacios Protegidos es una campaña que busca dar a conocer la gran riqueza natural y biodiversidad de España, paÃs que alberga el 85 % de especies de plantas y el 50 % de la Unión Europea, y que trabaja en esta región que comparte territorio entre las provincias de Guadalajara y Cuenca, en Castilla-La Mancha, señala.
Sin embargo, a pesar de la existencia de esta basta riqueza, los espacios naturales protegidos «son muy poco conocidos entre los españoles», explica Jiménez durante un recorrido por algunas localidades y parajes de la comarca del Alto Tajo con un grupo de periodistas de medios nacionales e internacionales.
Nuestros Espacios Protegidos trabaja de forma conjunta con Rewilding España en el Alto Tajo, para dar a conocer una de las zonas más despobladas en España, donde están potenciando diferentes proyectos para la renaturalización, el turismo sostenible, la recuperación de bosques o de patrimonio cultural e inmaterial, entre otras actividades.
«Son dos proyectos independientes, dice, pero que trabajan en una historia de colaboración con ayuntamientos, organizaciones no gubernamentales (ONG), asociaciones locales y empresas privadas «en un solo territorio para lograr un futuro mejor».
Conforme se va adentrando en el territorio, «el paisaje no lo definen los espacios protegidos, ya está y va ganando tamaño», subraya Jiménez, biólogo con una experiencia de tres décadas en proyectos de conservación en varios paÃses de Centro y Sudamérica y en Sudáfrica.
El espacio donde trabajan abarca una extensión de unas 180.000 hectáreas que incluye los dos parques naturales y constituyen «el mayor espacio forestal de Europa», en el que se encuentran los «Montes Universales, un sistema montañoso en el sureste del sistema Ibérico, Teruel, sabinares por el norte, que conecta con la sierra norte de Guadalajara…, en un espacio enorme», sostiene.
El Alto Tajo es el área forestal continua más grande de la PenÃnsula, se incluye diversas figuras de protección, como las de la Red Natura 2000, que cuenta con Zonas de especial protección para las aves (ZEPA) y Zonas especiales de conservación (ZEC).
Alberga una rica fauna que incluye grandes herbÃvoros silvestres como cabras montesas, ciervos, corzos, gamos, jabalÃes y muflones, además de colonias de buitres negros y leonados o alimoches, además de animales más pequeños o la que vive en los rÃos, como las truchas.
La naturaleza es silvestre y exhuberante antes incluso de entrar en este espacio natural, gracias a la abundancia de fuentes de agua proveniente de varios rÃos, como el Gallo, el Cabrillas o el Jándula, pero que tiene al Tajo como su mayor representante, y que van dejando un paisaje espectacular cortado por hoces, cañones o barrancos, y permiten divisar desde las zonas más altas de las sierras una lámina verde de sabinas, pinos, encinas, fresnos, chopos, álamos, entre otras especies.
Durante el recorrido, muchas veces a lo largo de las turquesas aguas del Tajo, permite al viajero imaginar la actividad de los antiguos ‘gancheros’, hombres que recorrÃan sus aguas trasladando la madera aguas abajo hasta Aranjuez y Toledo, y que quedaron recogidos en la novela «El rÃo que nos lleva» (1961) de José Luis Sampedro y luego trasladada al cine en una pelÃcula dirigida por Antonio del Real (1989).
Entre las actividades de conservación que realizan desde Nuestros Espacios Protegidos están: asistencia técnica a las autoridades del Parque Natural del Alto Tajo para regular y promover los espacios públicos con el fin de minimizar el impacto ambiental y crear puestos de trabajo, identificar sistemas de depuración de aguas residuales para los pueblos o colaboración con los cazadores para sustituir la munición de plomo por una alternativa y asà evitar la intoxicación de especies.
Es una zona muy despoblada, «pero que no está vacÃa y donde están pasando cosas», según Jiménez, porque hay alcaldes, jóvenes y emprendedores locales que «están apostando por trabajar en el Alto Tajo» en diferentes proyectos de desarrollo sostenible, en un espacio que está despertando interés por el respeto con la naturaleza.