Pues resulta que, comprando en la tienda del barrio, o del otro, pero, a fin de cuentas, aquí cerca, tal vez nos atiendan mejor, nos cuenten cosas, nos conozcan, nos hagan el mismo descuento, nos lleven la mercancía cuando sí estamos en casa, nos instalen lo que compramos, nos recojan lo que ya no queremos, nos lo cambien por otro, nos cobren, una vez puesto todo y vuelvan, si no nos funciona.
Todo ello, ojo, sabiendo lo que compramos, porque ya lo hemos visto en la tienda y, la verdad, estaba incluso más barato que en internet, que lo pongo en minúsculas porque hoy las letras grandes son para el comercio LOCAL.